Una plantación pintada con los colores del arcoiris

Una plantación pintada con los colores del arcoiris

La comunidad LGBTI ayudó a plantar 60 nuevos árboles y arbustos en uno de los polígonos del Bosque Urbano San Carlos, ubicado en la localidad de Rafael Uribe Uribe.

En esta actividad participaron personas de la Casa LGBTI Amapola Jones, la Fundación Maloca, la Línea Vigía LGBTI, huerteros, guardianes del bosque y entidades del Distrito.

Este bosque urbano, uno de los 21 contemplados por el actual POT, ya suma 360 individuos arbóreos de diferentes especies. Nueva crónica #BogotáReverdece.

El cielo estaba totalmente encapotado y lloraba gotas de lluvia de gran tamaño. El frío evitó que los deportistas salieran de sus casas para trotar o caminar por los caminos enladrillados del Parque Metropolitano Bosque de San Carlos.

Las 21 hectáreas de este lugar de la localidad de Rafael Uribe Uribe, nombrado por la comunidad como el pulmón verde del sur de la ciudad, lucían encharcadas y embarradas. Aunque ya eran las 10 de la mañana, la neblina aún hacía presencia.

El cuadro paramoso llegó a su fin con la llegada de más de 30 ciudadanos que vestían prendas con arcoiris estampados. Un afiche de gran tamaño revelaba que se trataba de la comunidad LGBTI (Lesbianas, Gays, Bisexuales, Transgéneros e Intersexuales).

Una plantación pintada con los colores del arcoiris
Una plantación pintada con los colores del arcoiris

“Casa LGBTI Amapola Jones”, decía la publicidad, una de las cuatro unidades operativas de Bogotá donde las personas de esta comunidad reciben mensualmente atención, procesos de formación, de esparcimiento y otros servicios.

Su presencia tenía un propósito ambiental: participar en la plantación de 60 árboles y arbustos de diferentes especies en uno de los polígonos del nuevo Bosque Urbano San Carlos, uno de los 21 contemplados por el actual Plan de Ordenamiento Territorial (POT) de Bogotá.

Sharon Martínez, ingeniera del Jardín Botánico, recibió a los miembros de la Casa Amapola Jones, un sitio ubicado en el barrio El Olaya que les brinda atención al mes a más de 760 personas lesbianas, gais, bisexuales, trans e intersexuales.

“Hoy ustedes nos van a ayudar a plantar estos árboles y arbustos y los van a apadrinar. Los bosques urbanos son una estrategia de manejo silvicultural que tiene a la comunidad como protagonista. Su consolidación es un trabajo mancomunado con la ciudadanía”.

Mientras la lluvia disminuía su intensidad, el Parque Metropolitano perdió su estado de soledad. Al sitio de la plantación llegaron varios adultos mayores de la Fundación Maloca, la Línea Vigía LGBTI, huerteros y guardianes del bosque.

También hicieron presencia funcionarios de varias entidades del Distrito como las Secretarías de Integración Social y Seguridad, el IDRD y jóvenes de una asociación de recicladores.

Bernardo Sacristán, un habitante del sector que lleva décadas luchando por los árboles del Bosque de San Carlos, les dio la bienvenida a los futuros plantadores y les habló sobre el rol que cumple este ecosistema para la salud.

“Al conectarnos con el bosque se genera tranquilidad y dejamos atrás el estrés diario. Encontrarse con la naturaleza es valorarse a sí mismo y por eso es de suma importancia luchar por los árboles de nuestra ciudad”.

Una plantación pintada con los colores del arcoiris
Una plantación pintada con los colores del arcoiris

Plantación diversa

Yenny Rosas, profesional social de la Subdirección Técnica Operativa del JBB, organizó a la comunidad en forma de círculo y realizó un ejercicio de conexión con la naturaleza: una pequeña terapia de bosque.

“Vamos a conectarnos con los árboles de este bosque, un lugar donde la comunidad tiene puesto su corazón. Primero vamos a respirar el aire puro de este sitio para dejar salir de nuestro cuerpo las malas energías”.

Luego de abrazar varios de los eucaliptos de gran porte que engalanan la zona desde hace más de 60 años, la comunidad LGBTI y los demás participantes escucharon con atención las indicaciones técnicas de la ingeniera Sharon Martínez.

“Nuestros operarios ya se encargaron de abrir los huecos de un metro cúbico de profundidad. Hoy, lo primero que vamos a hacer es retirar la bolsa plástica que contiene el pan de tierra de los árboles y luego vamos a aplicar un hidroretenedor en el hoyo”.

Los asistentes también aprendieron que los árboles y arbustos necesitan de un tutor de madera para que tengan estabilidad. “Por eso vamos a utilizar una cabuya para amarrar el tronco con el tutor. Lo hacemos en forma de ocho para que el árbol pueda crecer adecuadamente”.

Finalizalda la charla técnica, los más de 50 ciudadanos se dividieron en grupos para plantar los 60 árboles y arbustos de especies como guayacán de Manizales, roble, caucho, nogal, sangregado, pino romerón, rama negra, chicalá amarillo y rosado y barbasco.

Casandra Rodríguez, una mujer trans de la Casa Amapola Jones y que hace parte de la Mesa LGBTI de Rafael Uribe Uribe, nunca había tenido la oportunidad de plantar un árbol. Por eso, fue una de las más activas en la jornada ambiental.

“Fue un evento muy lindo y hermoso. Me sentí muy bien plantando árboles, una actividad que deberíamos hacer todos los habitantes de Bogotá para que la ciudad no se acabe y el humo no nos mate”.

La comunidad apadrinó los árboles y arbustos escribiendo palabras de amor o cariño en los tutores de madera. Casandra plantó cinco árboles con la ayuda de los operarios del JBB e inmortalizó su nombre. “Espero que crezcan hermosos y nos brinden mucho oxígeno”.

Con esta plantación, el Bosque Urbano San Carlos ya suma 360 árboles y arbustos de distintas especies. “El objetivo es consolidar una cobertura vegetal multiestrato y multiespecie que en el futuro actuará como un conector ecológico y ayudará a mitigar el cambio climático”, dijo Martínez.

Según Yenny Rosas, la estrategia de bosque urbano está conectando cada vez más a la ciudadanía con la naturaleza. “Hoy, la comunidad LGBTI se unió a esta estrategia de educación y cuidado. El bosque nos da salud y nos consolida como tejido social”.