SOS por los nuevos árboles del bosque urbano de San Carlos
La ciudadanía ha evidenciado serias afectaciones en los árboles jóvenes que fueron plantados hace poco en este sector de la localidad de Rafael Uribe Uribe.
Troncos y ramas rotas, instalación de bolsas plásticas y saqueo de la tierra que protege las raíces, prendieron las alarmas de la comunidad.
El Jardín Botánico de Bogotá lanza un SOS por las coberturas vegetales de este bosque urbano, el primero que empezó su etapa de consolidación en la ciudad.
Los 360 árboles y arbustos que fueron plantados desde el año pasado para consolidar el bosque urbano de San Carlos, un sitio llamado por la comunidad como el pulmón verde del sur de la ciudad, están en peligro.
Los “Guardianes del bosque”, niños y jóvenes que participaron en varias de las jornadas de plantación, y algunos habitantes de la zona, han evidenciado certeros impactos recientes contra el arbolado joven.
A varios de los árboles jóvenes se les están llevando la tierra que se encuentra en el plato, un material que protege las raíces. Otros individuos han sido vandalizados con el único propósito de poner fin a su vida.
“Rompen el tallo de los árboles y les ponen unas bolsas plásticas en los extremos para favorecer la pudrición”, le contaron los ciudadanos a Yenny Rosas, profesional del equipo social de la Subdirección Técnica Operativa del Jardín Botánico de Bogotá (JBB).
La licenciada en biología recorrió los polígonos del bosque urbano de San Carlos donde fueron realizadas las plantaciones y ratificó lo denunciado por la comunidad. “Más de 15 árboles están siendo afectados”.
El Jardín Botánico lanza un SOS por los nuevos árboles de este bosque urbano y le hace un llamado a la comunidad para que cuide estas coberturas vegetales que brindan diversos servicios ecosistémicos.
“El llamado es a tener apropiación por este espacio y participar en las estrategias de cuidado como lo han venido haciendo algunos cuidadores que les traen abonos a los árboles, deshierban y reponen las fibras de los tutores”, dijo Rosas.
Un logro en peligro
San Carlos fue el primero de los 21 bosques urbanos contemplados por el Plan de Ordenamiento Territorial (POT) en iniciar con su consolidación, un proceso que empezó con varias cocreaciones con la comunidad.
“Líderes del comité Prodefensa, vecinos del sector, estudiantes universitarios y funcionarios del Distrito, participaron en la creación de la cartografía proyectiva, es decir los planos donde fueron delimitados los polígonos para las plantaciones”, informó Rosas.
En mayo del año pasado se realizó la primera jornada de plantación, 70 nuevos árboles y arbustos de especies como eucalipto pomarroso, chocho, magnolio, sangregado, sauco, alcaparro enano, arrayán, caballero de la noche, barbasco y mermelada.
“En esta actividad le rendimos un homenaje a Jeimmy Tatiana González, profesora e instructora de baile del IDRD que falleció. Los adultos mayores plantaron en honor a ella en esta jornada, la cual coincidió con el Día Internacional de las Abejas”, apuntó la profesional del JBB.
El 22 de junio, Día Mundial del Suelo y de la Tierra Fértil, San Carlos recibió 130 árboles y arbustos de especies como aliso, barbasco, caballero de la noche, cedrillo, chicalá rosado, fucsia arbustiva, leandra, magnolio, roble y sangregado.
Más de 50 personas de la comunidad, estudiantes del diplomado de arborización urbana del JBB, el comité Prodefensa y niños del Liceo Arcángel San Gabriel, ayudaron a reverdecer el segundo polígono.
En la tercera jornada, realizada en junio y con la plantación de 100 árboles, los niños, niñas y jóvenes del comité ambiental del colegio de la ETB Álvaro Camargo de la Torre fueron los protagonistas.
Los pequeños ayudaron a plantar y se convirtieron en los guardianes del bosque urbano. Además de apadrinarlos, se comprometieron con actividades como el riego y mantenimiento de los individuos arbóreos.
A mediados de agosto, personas de la Casa LGBTI Amapola Jones ayudaron a plantar 60 nuevos árboles de especies como pino romerón, nogal, ramanegra, guayacán de Manizales, roble, sangregado, caucho tequendama, leandra, chicalá amarillo, chicalá rosado y barbasco.
“Logramos consolidar un bosque urbano multiestrato y multiespecie, árboles y arbustos que ya están prestando varios servicios ecosistémicos. No podemos perder todo el trabajo por el comportamiento indicado de unos pocos”, concluyó Rosas.