Los tratamientos que fortalecerán a más de 60 falsos pimientos de Teusaquillo

Monalonion velezangeli, un insecto procedente del Eje Cafetero, afecta considerablemente a los falsos pimientos de la capital del país.
Varios de los 63 árboles de esta especie que engalanan la calle 57, entre la carrera 24 y la Avenida Caracas, lucen marchitos o chamuscados por el accionar de esta plaga.
El Jardín Botánico de Bogotá les realizó varios tratamientos fitosanitarios para que recuperen su tejido vegetal.
A pesar de albergar cientos de establecimientos comerciales y ser transitada por toda clase de vehículos, el verde manda la parada a lo largo de una de las calles más emblemáticas de la localidad de Teusaquillo.
Más de 110 árboles son los encargados de mitigar los impactos de la urbanización y el desarrollo en el tramo de la calle 57 comprendido entre la carrera 24 y la Avenida Caracas, un sitio que también alberga viviendas antiguas, altos edificios y teatros.
Dos especies arbóreas predominan en este concurrido sector: 52 palmas fénix ubicadas en el separador central de la calle y 63 falsos pimientos distribuidos en los dos andenes. También cuenta con uno que otro gaque, urapán, cayeno, cerezo y roble.


No hace falta ser un experto para percatarse que estos individuos arbóreos llevan más de una década en la zona. Las palmas tienen un tronco bastante ancho y la mayoría de los falsos pimientos superan los 10 metros de altura.
Algunos falsos pimientos, una especie foránea con un follaje colgante, hojas de color verde ácido y frutos rojos, lucen más antiguos que otros. Sin embargo, su aspecto marchito y chamuscado no está relacionado con su avanzada edad.
Se trata del accionar de Monalonion velezangeli, un insecto procedente de las zonas altas del Eje Cafetero donde afecta las plantaciones de café y los cultivos de aguacate. Comúnmente es conocido como la chamusquina del café.
“Este insecto, en sus estados inmaduros, se alimenta de la savia del falso pimiento. En las punturas de alimentación deja una abertura que es aprovechada por un hongo, el cual afecta el tejido vegetal del árbol”, dijo Gustavo Ardila, ingeniero de sanidad vegetal y coberturas verdes del Jardín Botánico de Bogotá (JBB).
Cuando el hongo entra en el falso pimiento, el árbol forma una especie de resina que impide que salgan los nuevos brotes foliares. “Entre el insecto y el hongo causan el deterioro de la especie arbórea. Por eso las hojas y ramas lucen chamuscadas”, apuntó el ingeniero.


Medicina arbórea
Ardila recorrió la calle 57 para inspeccionar el estado actual de los 63 falsos pimientos. Aunque evidenció que la mayoría no están tan afectados por el insecto, el ingeniero decidió aplicarles varios tratamientos.
“Con una aspersión foliar, una endoterapia y varias podas sanitarias, los falsos pimientos serán más resistentes al Monalonion velezangeli, un insecto de color rojo y cuerpo alargado que logró adaptarse a las condiciones ambientales de Bogotá”.
Tres falsos pimientos, ubicados en la calle 57 con carrera 20, fueron los primeros en recibir estos tratamientos fitosanitarios. Según Ardila, cada uno presentaba una fase distinta de afectación de la plaga foránea.
“Un árbol presenta un ataque inicial y con un porcentaje de daño del 5%, es decir que el insecto hasta ahora lo está afectando. El segundo falso pimiento tiene un ataque intermedio (30% de daño) y el tercero, que luce bastante chamuscado, avanzado (por encima del 60%)”.
El primer tratamiento que recibieron estos tres falsos pimientos fue una endoterapia, una mezcla de insecticidas, inductores de resistencia, fertilizantes foliares y aminoácidos que es suministrada por vía interna.
“En los troncos de cada árbol instalamos cinco dispositivos con esta mezcla. En la endoterapia no hay liberación de moléculas al ambiente porque todo va por vía interna y es rápida y eficiente”.
Luego, las copas, hojas y troncos de los tres falsos pimientos fueron rociados con una mezcla de fertilizantes foliares, aminoácidos, inductores de resistencia y un repelente biológico con base en ajo y ají.
“La aspersión foliar es una liberación o aplicación de una mezcla fitosanitaria a través de microgotas o nebulización que va dirigida al control de la problemática detectada”, mencionó el ingeniero.
Según el experto, cuando el insecto es asperjado por el repelente biológico, simplemente se va del árbol. “Este producto causa repelencia y por eso el insecto se va del falso pimiento. No estamos controlando con insecticidas de síntesis química”.
Diego Yara, John Sánchez, Mackensic Mafla, Carlos Vargas y Juan Manuel Montoya, los operarios que lidera Ardila, les realizaron podas sanitarias a los demás falsos pimientos de la calle 57, tratamiento que consiste en el corte de las ramas afectadas por la plaga o muertas.
“Realizaremos endoterapias o aspersiones foliares a los falsos pimientos que evidenciemos con altos grados de afectación en este sector de Teusaquillo”, apuntó Ardila.
Con estos tratamientos, el experto del JBB espera que los falsos pimientos de la calle 57 recuperen su tejido vegetal. “En aproximadamente dos meses volveremos al sector para ver el estado de los árboles”.