Los nuevos amigos del bosque urbano de San Carlos
Los 473 árboles y arbustos que fueron plantados desde el año pasado en este pulmón verde del sur de la ciudad, tienen nuevos guardianes.
Se trata del grupo 72 San Francisco de Sales de los Scouts de Colombia, más de 20 niños y jóvenes que ayudarán con el cuidado de los individuos arbóreos de 30 especies.
Estos amigos del bosque urbano participaron en una jornada de riego comunitario, actividad que también reunió a la comunidad y varias entidades del Distrito.
Hace pocas semanas, San Carlos, un bosque urbano localizado en la localidad de Rafael Uribe Uribe, cumplió la meta acordada con la comunidad de plantar 473 nuevos árboles y arbustos en varios de sus polígonos.
Estos individuos arbóreos de más de 30 especies fortalecieron las coberturas vegetales de la zona y prestan servicios ecosistémicos como alimento para los polinizadores, captación de dióxido de carbono y regulación del clima.
Varios habitantes aledaños a este Parque Metropolitano, como los miembros de la Mesa Bosque de San Carlos y el comité Prodefensa, están comprometidos con el cuidado de estos tesoros verdes.
Sin embargo, la comunidad siempre está dispuesta a recibir nuevos guardianes para que los arrayanes, caballeros de la noche, cedrillos, guayacanes de Manizales, nogales, robles, sangregados y siete cueros se sigan desarrollando adecuadamente.
En una jornada de riego comunitario liderada por el Jardín Botánico de Bogotá (IDRD) y el Instituto Distrital de Recreación y Deporte (IDRD), más de 20 niños y jóvenes que habitan en el sector se convirtieron en los nuevos amigos del bosque urbano.
Se trata del grupo 72 San Francisco de Sales de los Scouts de Colombia, nuevos defensores de la naturaleza que, además de ayudar a regar los árboles y arbustos plantados hace dos semanas, se comprometieron a cuidar estos tesoros verdes.
“Todos los fines de semana realizamos actividades en la localidad de Rafael Uribe Uribe con los niños y jóvenes. Cuando recibimos la invitación del JBB para ayudar a regar los árboles, aceptamos encantados”, dijo Alejandro Maldonado, líder del grupo.
Este riego comunitario con los más de 20 nuevos guardianes del bosque urbano empezó con una corta charla de Yenny Rosas, profesional del equipo social de la Subdirección Técnica Operativa del JBB.
“Todos los árboles jóvenes de la ciudad requieren de riegos constantes para que puedan crecer adecuadamente. Aunque esté lloviendo, estos individuos arbóreos necesitan contar con suficiente agua”.
Rosas les aclaró que el agua utilizada por el JBB para los riegos no es potable. “Es agua lluvia que recogemos en la entidad a través de un sistema de almacenamiento y la cual luego transportamos en carrotanques”.
La licenciada en biología les informó los pormenores de la actividad, como aplicarle a cada árbol un balde de agua. “Vamos a regarlos con mucho cuidado en el plato, es decir la tierra que vemos en forma circular alrededor del tronco”.
Los más de 20 Scouts se organizaron en grupos y regaron cerca de 100 árboles y arbustos con la ayuda de los operarios del JBB. En esta actividad también participaron funcionarios del IDRD y líderes comunitarios como Bernardo Sacristán y Smith Moreno.
“Estos árboles van a retener el agua que les apliquemos hoy durante aproximadamente un mes. Esto se debe a que cuando los plantamos, aplicamos en los huecos un hidroretenedor que retiene la humedad”, complementó Rosas.
Nuevos padrinos
Al finalizar la jornada, el grupo 72 San Francisco de Sales de los Scouts de Colombia aseguró que no será su última actividad en el bosque urbano de San Carlos, un sitio nombrado por la comunidad como el pulmón verde del sur de Bogotá.
“Vamos a participar en las actividades ambientales que realicé el JBB en este hermoso bosque. Somos un grupo muy comprometido con el cuidado de la naturaleza y queremos que estos nuevos árboles crezcan hermosos”, afirmó Maldonado.
Rosas les informó algunas actividades complementarias que pueden hacer para cuidar los árboles, como regarlos durante los tiempos de sequía y construir pequeños encerramientos para que no se vean afectados por las mascotas.
“Sin embargo, lo más importante es darles mucho amor cada vez que visiten el bosque urbano. Los árboles necesitan del compromiso, cuidado y respeto de toda la ciudadanía; todos deberíamos ser sus guardianes”.
Los líderes ambientales del sector quedaron muy contentos con los nuevos amigos del bosque urbano, más de 20 niños y jóvenes que manifestaron su alto compromiso y sentido de apropiación con el arbolado.
“Apadrinar un árbol no solo es ayudar a plantar y escribir el nombre en el tutor de madera. Es necesario visitarlos seguido y ayudarlos a crecer a través de actividades como el riego. Estamos seguros que estos niños serán sus guardianes”.