Las guarderías de plantas nativas de difícil consecución

Las guarderías de plantas nativas de difícil consecución

El Jardín Botánico de Bogotá revivió los viveros de la Reserva Forestal Thomas van der Hammen y la Escuela de Logística del Ejército para dar marcha a un plan de propagación de especies nativas de alta montaña de difícil consecución.

Estas guarderías, ubicadas en las localidades de Suba y San Cristóbal, resguardan los futuros árboles y arbustos nativos que serán plantados en las zonas rurales de la capital a mediano y largo plazo.

En el corregimiento de Betania, en la localidad de Sumapaz, la entidad fortalece los conocimientos sobre propagación de material vegetal nativo del personal a cargo del vivero.

En junio de 2020, cuando fue sancionado el actual Plan de Desarrollo de la capital, una de las metas ambientales le dio vida a una nueva línea de trabajo en la Subdirección Técnica Operativa del Jardín Botánico de Bogotá (JBB).

Para realizar la plantación y mantenimiento de 225.000 árboles y arbustos en las zonas rurales de la Capital y en la Estructura Ecológica Principal durante este cuatrienio, la entidad conformó un grupo de recuperación ecológica.

“Este equipo busca aplicar el conocimiento de la Subdirección Científica del JBB en términos de rehabilitación y/o recuperación ecológica, es decir pasar de una investigación básica a una aplicada en la ruralidad de la capital”, dijo Robinson Duque, coordinador de este grupo.

Las Mercedes
Las Mercedes

La meta de rehabilitación y/o recuperación ecológica está divida en dos: plantar y mantener 211.000 individuos con criterios de recuperación ecológica en zona rural  y plantar y mantener 14.000 individuos  vegetales en desarrollo de la  implementación del programa de restauración ambiental del PMA de la Reserva Thomas van der Hammen.

Durante la ejecución de estas actividades, el nuevo equipo del Jardín Botánico se propuso revivir dos viveros donde la Subdirección Científica realizó varias de sus investigaciones, guarderías que se vieron afectadas por el paso del tiempo.

Estos viveros están ubicados en las localidades de Suba y San Cristóbal: uno en el predio Las Mercedes en la Thomas van der Hammen y otro en la Escuela de Logística del Ejército, respectivamente.

Según Duque, el objetivo inicial de revivir estos viveros era contar con más material vegetal nativo para cumplir con la meta de restauración ecológica de 211.000 árboles y arbustos en las zonas rurales.

El Jardín Botánico también decidió fortalecer el vivero de la localidad más grande y rural de la capital: el de Sumapaz, ubicado en el corregimiento de Betania, y el cual es manejado por la Alcaldía Local.

“A diferencia de los viveros en Suba y San Cristóbal, el de Sumapaz no tiene como objetivo aportar a nuestra meta de rehabilitación. Es un sitio de la Alcaldía Local donde nosotros fortalecemos sus capacidades en términos de propagación de material vegetal nativo”, aclaró Duque.

Las Mercedes
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Proyecto novedoso

 

Para reverdecer Bogotá con nuevos árboles y jardines, el Jardín Botánico cuenta con dos viveros insignia: el de La Florida, ubicado en la localidad de Engativá, y el Túnel de Propagación, en las instalaciones de la entidad.

“De allí sale todo el material para las plantaciones en zonas urbanas de la capital. En 2020, debido a la meta de rehabilitación, estos viveros empezaron a propagar varias especies nativas para reverdecer el área rural”, informó el experto.

Al inicio de esta administración, los viveros de la Reserva Thomas van der Hammen y la escuela del Ejército fueron vistos como dos nuevos espacios para propagar algunos de los árboles y arbustos que contempla la meta del Plan de Desarrollo, pero luego su espíritu cambió.

“Luego de restaurar ambos viveros con labores de mantenimiento de infraestructura y sus zonas circundantes, creamos un plan de propagación de especies nativas de difícil consecución, es decir material vegetal que no se encuentra en la mayoría de los viveros comerciales”.

Dicho plan incluye actividades como la identificación de las fuentes semilleras, recolección de semillas, escarificación de la semillas, germinación y traslado a las bolsas donde se convertirán en plantas. “En sí es todo el proceso de propagación vegetal”.

Sin embargo, este novedoso proyecto es distinto para cada uno de los viveros en lo relacionado con el tipo de especies. “Antes de empezar a propagar es indispensable conocer el sitio donde se va a trabajar y sus condiciones ambientales”.

Para el vivero de la Thomas van Der Hammen, el grupo de recuperación priorizó 42 especies nativas de alta montaña, de las cuales ya consiguieron 38. “Actualmente, 24 especies están en germinadores, cinco han sido trasladadas a bolsas y cinco están en almacenamiento”.

Este listado incluye especies como salvia morada, tuno ratón, tuno negro, colorado, romero de páramo, sietecueros rojo, uva camarona, tagua, cucharo blanco, encenillo, encenillo negro gaque, calabacillo, totumo, uña de gato, amargoso y uva de monte.

“Estas especies fueron identificadas luego de una caracterización de los ecosistemas de las zonas rurales de Bogotá. Ese es el primer paso que se debe hacer en cualquier ejercicio de restauración ecológica”.

En el vivero de la Escuela de Logística del Ejército en San Cristóbal, el JBB priorizó 17 especies nativas de alta montaña, de las cuales 11 son propagadas actualmente por este equipo de la Subdirección Técnica Operativa.

Por eso, cuando estos viveros de Suba y San Cristóbal se consoliden, las zonas rurales de la capital contarán con una alta variedad de especies nativas de alta montaña, “algo muy parecido a ese ensamblaje y diversidad que vemos en los ecosistemas naturales”.

Futuro verde

 

Estas dos guarderías de especies nativas se convirtieron en laboratorios de investigación, aulas donde los profesionales del grupo de recuperación ecológica toman nota de todo el proceso de propagación.

“Llevamos más de tres años estudiando y analizando este proceso en ambos viveros. Por ejemplo, algunas de las especies no se han propagado con facilidad o no han germinado por factores como el estrés hídrico, lo que nos lleva a investigar más a fondo”.

Actualmente, de ninguno de estos viveros ha salido material vegetal nativo para las plantaciones de rehabilitación ecológica en las zonas rurales de la capital, algo que para Duque no significa un inconveniente.

Las Mercedes
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“Estos dos viveros son para el mediano y largo plazo. Nuestro objetivo es dejarle al Jardín Botánico una buena diversidad de material vegetal nativo para que enriquezca las zonas de rehabilitación ecológica intervenidas”.

Según el experto, las especies nativas que son propagadas en estas guarderías son de lento crecimiento, por lo cual ninguna aún ha logrado salir de los viveros para reverdecer las zonas rurales.

“Esperamos que en 2024 o 2025, estas plantas enriquezcan las áreas rurales donde se hace restauración ecológica con especies nativas que ya casi no encontramos en los ecosistemas. Son viveros para el futuro ambiental de la ciudad”.

El vivero de La Florida, de donde proviene cerca del 90% del material vegetal que es plantado en Bogotá, ya se benefició del plan de propagación de especies nativas de alta montaña de difícil consecución.

“Le hemos entregado algunas de las semillas nativas que hemos recolectado y sus profesionales ya las están propagando. Este lugar también va a contar con una gran diversidad de estas especies”.

En Sumapaz, el trabajo del equipo de recuperación ecológica del JBB ha sido exclusivamente académico, es decir fortalecer los conocimientos de propagación de especies nativas del personal que tiene a cargo el vivero.

“El vivero de Sumapaz es un invernadero con camas de germinación. Lo que nosotros hicimos como equipo de recuperación fue tratar de fortalecer la propagación durante todo 2022, un trabajo que continuará este año”.

Según Duque, estas clases de propagación empezaron de cero en 2023 por el cambio de administración en la Alcaldía de Sumapaz. “Como llegó un nuevo personal al vivero, tuvimos que capacitarlos y sensibilizarlos desde cero”.

Este año se realizarán el quinto Congreso Colombiano y el sexto de Iberoamérica y el Caribe de Restauración Ecológica, eventos donde el JBB mostrará los resultados de los planes de propagación en estos viveros.

“Llevaremos una ponencia donde contaremos todo el trabajo que hace el equipo de recuperación ecológica y haremos énfasis en este proyecto novedoso y pionero de propagación de especies nativas de alta montaña de difícil consecución”.

Las próximas elecciones de alcalde en Bogotá le preocupan a Duque y su equipo por el futuro de los dos viveros en Suba y San Cristóbal. “Por eso le hacemos un llamado a la futura administración para que continúe con este proceso que reverdecerá las zonas rurales de la ciudad con especies nativas”.