¡La Universidad Nacional sigue reverdeciendo!

¡La Universidad Nacional sigue reverdeciendo!

Una alianza entre el Jardín Botánico de Bogotá y la Oficina de Gestión Ambiental de la Universidad Nacional, reverdeció varias zonas del campus con 117 árboles y arbustos.

Estudiantes, docentes y comunidad ayudaron a plantar los nuevos individuos arbóreos, la mayoría de especies nativas como roble, nogal y cedro.

Estas nuevas coberturas vegetales enriquecen el corredor ecológico que va desde los cerros orientales hasta el Parque Simón Bolívar. Nueva crónica #BogotáReverdece.

La localidad de Teusaquillo alberga uno de los mayores íconos académicos y culturales del país, un polígono de 121,4 hectáreas con 17 edificios declarados como monumentos nacionales, zonas peatonales y muchas áreas verdes

Se trata de la Universidad Nacional de Colombia, un plantel educativo fundado en septiembre de 1867 bajo el mandato presidencial del militar, médico, abogado y político Manuel María de los Santos Acosta Castillo.

El verde es protagonista en el campus más grande del país. Más de 7.000 árboles y arbustos engalanan varios de sus espacios abiertos, de especies como urapanes, sangregados, eucaliptos y cipreses.

¡La Universidad Nacional sigue reverdeciendo!
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Sin embargo, los profesionales de la Oficina de Gestión Ambiental de la universidad evidenciaron que había potencial para reverdecer aún más a la denominada “La Nacho”, como es conocida por sus estudiantes.

Acudieron al Jardín Botánico de Bogotá (JBB) con el fin de establecer una alianza que permitiera realizar varias plantaciones. Karen Ceballos, ingeniera del grupo de coberturas vegetales en las localidades de Teusaquillo y Engativá, fue la experta designada.

“Luego de recorrer todo el campus con varios funcionarios de la universidad, establecimos que se podían plantar 117 árboles y arbustos en zonas verdes aledañas a la facultad de Filosofía, la capilla, concha acústica, canchas deportivas y el edificio de la rectoría”.

El objetivo de las futuras plantaciones era que la comunidad estudiantil y los docentes participaran y se apropiaran de las nuevas coberturas vegetales. Por eso, la Oficina de Gestión Ambiental realizó una divulgación interna.

¡La Universidad Nacional sigue reverdeciendo!
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Primera jornada

El 19 y 20 de septiembre fueron las fechas seleccionadas para la primera jornada de plantación, las cuales coincidían con la celebración de la Semana Universitaria de uno de los planteles educativos más respetados en todo el mundo.

“Nuestra meta era plantar 76 árboles y arbustos de 14 especies: chicalá rosado, alcaparro doble, baquea, caballero de la noche, siete cueros, palma payanesa, cedro, polígala, roble, pino romerón, rama negra, cajeto, hayuelo y abutilón”, dijo Ceballos.

Los frentes de plantación fueron las zonas verdes de la facultad de Filosofía, la capilla, la concha acústica y las canchas deportivas. Más de 200 estudiantes y docentes de la universidad participaron durante los dos días.

Los operarios del JBB y del grupo de jardines y prados de la Nacional fueron los encargados de abrir los huecos de un metro cúbico, un trabajo arduo debido a la cantidad de escombros que había en el suelo.

“Para esta plantación, el centro Comercial Gran Estación nos donó la tierra abonada, es decir 76 metros cúbicos. Sin su ayuda no hubiéramos podido realizar esta actividad ambiental”, aseguró la ingeniera.

Sebastián Molina, estudiante de ciencias de la computación, quedó muy satisfecho con su primera plantación. “Es importante cuidar los árboles, en especial los nativos. El ser humano debe empezar a reparar todo el daño que le ha hecho a la naturaleza”.

Paula Castillo, otra estudiante de esta carrera, aseguró que esta actividad dejó huella en la comunidad estudiantil. “Aprendimos mucho sobre la técnica de plantación, como amarrar una cabuya entre el tallo y el tutor de madera para que el árbol tenga estabilidad”.

Misión cumplida

La segunda jornada de plantación fue realizada el pasado 29 de noviembre. 41 árboles y arbustos reverdecieron las zonas aledañas al edificio Uriel Gutiérrez, donde está ubicada la rectoría, y algunas cercanas a la Carrera 30.

“En esta ocasión escogimos especies como roble, nogal, polígala y alcaparro enano. La Universidad Nacional invitó a una familia que quería plantar árboles como un homenaje a un ser querido que falleció”, informó Ceballos.

Claudia Liliana Gómez asistió a la actividad con su hija Sofía y su hermana Natalia. Las tres querían honrar la memoria de Alberto Gómez Navas, quien estudió administración de empresas en la Universidad Nacional durante 1960 y 1970.

¡La Universidad Nacional sigue reverdeciendo!
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“Mi papá no se graduó porque no quería irse de la universidad. Allí conoció a mi mamá, que estudiaba administración de preescolar, una carrera que ya no existe. Su gran amor siempre fue este campus tan hermoso”, aseguró Claudia.

En 2011, el patriarca de la familia fue diagnosticado con enfermedad terminal. “Mi papá, que vivía en Bucaramanga, nos dijo que antes de morir quería volver a recorrer la Nacional. Lo acompañamos con mis dos hermanos y mi hija; fue el hombre más feliz del mundo”.

Tres días después de reencontrarse con su alma mater, Alberto Gómez subió al cielo. “Se fue feliz porque pudo estar en el lugar que más amaba. Queríamos inmortalizar su memoria con un árbol, y por eso nos contactamos con la Universidad Nacional”, precisó Claudia.

Un roble y un nogal fueron las especies escogidas para el homenaje. Luego de plantarlos en la zona verde del edificio de la rectoría, una actividad que contó con la asesoría de los operarios del Jardín Botánico y la Nacional, escribieron Alberto Gómez en los tutores de madera.

“Ahora vamos a visitar estos dos árboles para cuidarlos y darles mucho cariño. Mi papá vive en estos tesoros verdes de la Universidad Nacional. Una plantación nos permite tener contacto con la tierra, renovar energías y agradecerle a la vida”, afirmó la hija.

Con esta plantación, el Jardín Botánico y la Oficina de Gestión Ambiental de la Universidad Nacional cumplieron la meta de reverdecer el campus con 117 nuevos árboles y arbustos, coberturas vegetales que enriquecerán uno de los principales corredores ecológicos de Bogotá.

“La Universidad Nacional hace parte de un corredor ecológico que conecta a los cerros orientales con el Parque Simón Bolívar. Seguiremos plantando con la participación de los estudiantes y docentes”, manifestó Hernán Cortés, jefe de la Oficina de Gestión Ambiental.

Diana Grande, ingeniera forestal de esta oficina, resaltó la importancia de la alianza con el JBB para fortalecer los corredores biológicos. “Estas coberturas vegetales beneficiarán a la fauna silvestre e incluso se conectarán con los parques que hay en la cuenca del río Bogotá”.

La participación de la comunidad educativa fue fundamental para la ingeniera. “Más de 200 estudiantes, docentes y vecinos ayudaron a reverdecer la universidad y se comprometieron a cuidar los árboles”.