El nuevo renacer de las jardineras de la Carrera Séptima

Las 38 jardineras ubicadas a lo largo de la Carrera Séptima, entre la Avenida Jiménez y la Plaza de Bolívar, padecen por el comportamiento inadecuado de la ciudadanía.
Cerca del 90% de las plantas de estas estructuras desaparecieron por las basuras, pisadas y hasta aceite de cocina que les arrojan.
El Jardín Botánico de Bogotá recuperó 20 de estas jardineras con la plantación de más de 1.100 plantas de varias especies. Las estructuras fueron encerradas.
Si este proyecto piloto es exitoso, las demás jardineras serán reverdecidas. Nueva crónica #BogotáReverdece.
Las plantas que engalanan el tramo de la Carrera Séptima que atraviesa el centro histórico de Bogotá, tienen que batallar a diario para resistir los contundentes golpes que reciben por parte de la ciudadanía.
Son pocas las personas que se detienen a admirar la belleza de sus flores y cómo su olor atrae a polinizadores como abejas y mariposas. La mayoría las utiliza como botaderos de colillas de cigarrillos, plásticos, vidrios, residuos orgánicos e incluso aceite caliente de cocina.
Las 38 jardineras ubicadas entre la Avenida Jiménez y la Plaza de Bolívar, son una certera prueba de la falta de pertenencia y amor que tienen la gran parte de transeúntes y comerciantes de este concurrido sector de la capital.


Según Jorge Rodríguez, ingeniero de la línea de jardinería del Jardín Botánico de Bogotá (JBB), desde que este tramo de la Carrera Séptima fue peatonalizado, la entidad ha realizado varias intervenciones para reverdecer las jardineras sin lograr que la mayoría de plantas sobrevivan.
“Estas jardineras son un proyecto crítico de la localidad de La Candelaria debido a que la zona es transitada por una población muy diversa, como turistas, trabajadores, vendedores ambulantes, habitantes de calle, artistas, jóvenes y estudiantes”.
En marzo de 2022, el Jardín Botánico reverdeció estas estructuras cuadradas y rectangulares, que abarcan más de 300 metros cuadrados, con 2.400 plantas de especies como mermeladas, hebes moradas, buxus, hiedras, azaleas y venturosas.
“Escogimos especies de porte semileñoso para amabilizar la zona y porque estas plantas le prestarán un servicio ambiental a la ciudadanía”, dijo en su momento el ingeniero agrónomo del Jardín Botánico.
Al poco tiempo de ser plantadas por la cuadrilla de operarios liderada por Rodríguez, las plantas comenzaron a recibir impactos por parte de la ciudadanía. “Les arrojaron basura y algunos transeúntes las pisaron, en especial las que están ubicadas en las esquinas”.
Pocos meses después de la intervención, el ingeniero evidenció que cerca del 30% de las plantas desaparecieron por las actividades humanas. “En algunas zonas hasta se robaron el material vegetal”.
El JBB realizó un replante con más de 700 plantas en las zonas afectadas por la ciudadanía. Sumado a esto, con la Alcaldía Local de La Candelaria se hizo el cerramiento de las jardineras con 180 estacas y cintas plásticas de color amarillo.
Esta actividad contó con el apoyo de funcionarios del Departamento Administrativo de la Defensoría del Espacio Público (DADEP), el consorcio de aseo Proambiental y la Policía y el Ejército Nacional.


Nuevo intento
En octubre de este año, Rodríguez y sus siete operarios recorrieron las 38 jardineras para evidenciar si la estrategia del cerramiento había sido efectiva. Lamentablemente, el panorama encontrado evidenció todo lo contrario.
“El porcentaje de pérdida de las plantas de las jardineras fue del 90%, una hecatombe ambiental en uno de los sitios más tradicionales e históricos de la capital. Encontramos gran parte de las estructuras sin una sola planta”, informó Rodríguez.
Solo los buxus, plantas arbustivas, lograron sobrevivir a los impactos humanos. Las demás jardineras quedaron convertidas en peladeros llenos de colillas, vasos desechables, heces y orines de perros y otras clases de residuos.
A pesar de la frustración por ver todo el trabajo pérdido, el ingeniero agrónomo del Jardín Botánico pensó en una nueva estrategia para ver si por fin las plantas de la Carrera Séptima logran sobrevivir a la mano del hombre.
“Creamos un proyecto piloto con otras especies, como tibar de jardín, diete, buxus, abutilón farolito y llamas, plantas que son más resistentes y densas que las que escogimos en la intervención de marzo del año pasado”.
El experimento sería realizado en 20 jardineras ubicadas entre las calles 11 y 12B. La meta era reverdecer estas estructuras con más de 1.180 plantas de las nuevas especies.
Entre el 19 y 21 de octubre, Rodríguez, sus siete operarios y la ingeniera Diana Castro, destinaron las mañanas y tardes para revivir estas jardineras de la Carrera Séptima con las nuevas plantas y encerrar de nuevo las jardineras con estacas y cintas plásticas.
En las jornadas de trabajo se evidenció la falta de pertenencia y los comportamientos inadecuados de la ciudadanía. A los pocos minutos de dejar impecable una de las jardineras, un habitante de calle arrancó una de las plantas y puso sus bolsas sobre las coberturas vegetales.
“Le llamamos la atención, pero no nos hizo caso. La Policía intervino y lo retiró del sector, pero el daño ya estaba hecho. Volvimos a sembrar las plantas que se vieron afectadas por el ciudadano”, mencionó Castro.
La Universidad del Rosario apadrinó cuatro de las jardineras y tiene proyectado hacer otro tipo de cerramientos. El equipo social del JBB se encargará de conversar con otras entidades y empresas para gestionar recursos y así fortalecer esta estrategia.
El sábado en la tarde, luego de que el equipo del JBB terminara de recuperar las 20 jardineras, la basura ya hacía presencia en las estructuras debido al alto flujo de transeúntes que recorre la Carrera Séptima.
Sin embargo, Rodríguez espera que esta vez las plantas logren ganarle la batalla a la falta de pertenencia ciudadana. Si el proyecto piloto es exitoso, las demás jardineras serán recuperadas con las mismas especies.
“Sin el compromiso y apoyo de la ciudadanía, estas plantas no van a sobrevivir. La jardinería es una técnica de mucha precisión, dedicación y tiempo que embellece la ciudad y presta un servicio ambiental. El llamado es a cuidar y apropiarse de estos espacios verdes”.