Crónica: Jardín Botánico le realiza varias podas a un caucho sabanero centenario para evitar accidentes
Los transeúntes, trabajadores y habitantes de la Carrera Séptima con calle 75 corrían un gran peligro por el mal estado de varias ramas de un caucho sabanero.
Para evitar un accidente, el Jardín Botánico le realizó varias podas a este árbol patrimonial que supera los 100 años de vida.
Este centenario también recibe constantes tratamientos fitosanitarios para controlar las plagas, como fertilización foliar, podas sanitarias y remoción con presión regulada.
La localidad de Chapinero alberga uno de los árboles más antiguos de la capital. Tiene una altura de 22 metros, pesa más de 150 toneladas, su tronco mide 1,8 metros y al parecer cuenta con una edad que supera los 100 años.
Se trata de un caucho sabanero (Ficus soatensis) ubicado en la Carrera Séptima con calle 75, específicamente en la entrada del edificio C-75. Según el libro Árboles Patrimoniales de Bogotá, este terreno primero perteneció a la familia Koppel.
“La trayectoria de este individuo vegetal proviene de un relicto de vegetación que permaneció en la zona debido a la delimitación de vías de acceso para la urbanización de la ciudad. Es un árbol centenario que ha sobrevivido a las transformaciones espaciales”.
En 1943, el área total de la quinta de los Koppel se dividió. La casa principal fue demolida para dar paso a dos viviendas, pero el caucho sabanero se mantuvo en su lugar; el resto de la vegetación del sitio fue retirado para una nueva construcción residencial.
El libro, documento elaborado por el Jardín Botánico de Bogotá (JBB), revela que en 1947 fue construida una nueva vivienda que respetó la vida del caucho, justamente en el sendero principal de la casa.
Este caucho sabanero fue trasladado unos pocos metros en 2009 para permitir la construcción de una moderna edificación, el edificio C-75. Desde esa época ha seguido deleitando a los ciudadanos con su gran proporción, ramificaciones y amplia frondosidad en sus hojas y copa.
Medidas preventivas
La avanzada edad de este árbol patrimonial es evidente en el tronco, que exhibe múltiples cicatrices y varios parches de color verde que cubren posibles heridas. Sin embargo, no presenta inclinación, sus raíces están bien aferradas al suelo y tiene varios rebrotes.
Pero como le ocurre a todos los seres vivos, los años le están pasando factura en algunas de sus partes. Por ejemplo, una de sus ramas más gruesas y largas, ubicada en el sector oriental, quedó totalmente desprovista de follaje.
Según Óscar García, ingeniero forestal y profesional del equipo de arbolado adulto del Jardín Botánico, el caucho sabanero necesitaba de una intervención urgente para evitar algún accidente con los transeúntes, trabajadores y residentes.
“Evidenciamos que era necesario realizarle varias podas, en especial a la rama del sector oriental que podría desprenderse con un fuerte viento y afectar a la ciudadanía y las infraestructuras del sector”.
El pasado 10 de diciembre, una cuadrilla de cinco operarios del JBB, liderados por García, maniobraron una plataforma elevadora para podar las ramas que, debido a su mal estado físico, podrían ocasionar una tragedia.
Harold Quiñóñez, uno de los operarios, fue el encargado de cortar las gruesas ramas con una motosierra desde las alturas. Sus cuatro compañeros le daban indicaciones desde todos los puntos cardinales.
“Antes de realizar las podas, las ramas fueron atadas con varias cuerdas para evitar daños en el edificio. Además de podar las partes del árbol que representaban un alto riesgo, retiramos las ramas secas”, apuntó García.
El procedimiento en este caucho sabanero centenario superó las siete horas. La rama del sector oriental, la que representaba el mayor peligro, fue retirada en su mayoría. “También realizamos varias podas sanitarias en otras zonas del árbol”.
El ingeniero forestal del JBB aseguró que el árbol patrimonial presenta en general un buen estado físico y sanitario, es decir que puede seguir siendo testigo de la historia de este sector de Chapinero durante varios años más.
¡A combatir las plagas!
El Jardín Botánico también le realiza constantes tratamientos fitosanitarios a este caucho sabanero centenario para que no se vea tan afectado por plagas como insectos, hongos y bacterias.
El equipo de Manejo Integral de Plagas y Enfermedades(MIPE) se encarga de hacerle podas sanitarias, aspersión foliar y remoción con presión regulada en sus ramas. El objetivo es mitigar el accionar de varios insectos fitófagos que succionan su savia.
“Como mecanismo de protección de sus estados más inmaduros, como las hojas y ramas, el árbol genera estructuras algodonosas y por eso luce de una coloración blanca”, dijo Marcela Albornoz, ingeniera del JBB.
Un pequeño insecto de la familia de los psílidos es el que más afecta algunas partes del árbol centenario y patrimonial. También se han registrado Pulvinaria caballeroramosae, Pulvinaria psidii, Ceroplastes y pseudococcus (cochinilla harinosa).
“El caucho sabanero es una de las especies de Bogotá que se ha visto bastante afectada por diversas plagas, por lo cual es una de las más visitadas por el equipo MIPE del Jardín Botánico”, puntualizó la ingeniera.