Crónica: ¡Estudiantes de la Universidad Distrital cumplieron su sueño verde!
Nuevo Milenio, un parque de la localidad de Usme, recibió 57 nuevos árboles y arbustos de siete especies.
Tres estudiantes de ingeniería catastral y geodesia de la Universidad Distrital Francisco José de Caldas, fueron los protagonistas en esta jornada de plantación.
Los futuros profesionales cumplieron el sueño de aprender a plantar en las zonas urbanas de Bogotá.
Kevin Rodríguez, Washington Yela y Luisa Betancur, tres jóvenes que no superan los 25 años de vida, tienen varias cosas en común. La primera es una gran pasión por el estudio de la información geográfica y la administración de la tierra.
“Por eso estudiamos ingeniería catastral y geodesia en la Universidad Distrital Francisco José de Caldas. Nos conocimos hace más de tres años y actualmente cursamos el séptimo semestre en la sede de la calle 40 con carrera 7”.
Los futuros profesionales sueñan con trabajar en el Instituto Geográfico Agustín Codazzi (IGAC), una entidad fundada hace 89 años y reconocida como la cuna de los temas catastrales, cartográficos, geográficos y agrológicos del país.
“Nos estamos formando para poder administrar la información geográfica y orientarla al conocimiento del territorio. Sin embargo, a los tres también nos apasiona mucho el estudio de la naturaleza”.
Los más de 1,4 millones de árboles y arbustos que hay en el espacio público de Bogotá, les causan curiosidad. Según Washington, siempre han querido conocer la técnica que se utiliza para plantar esos tesoros verdes.
“Toda la ciudad fue construída sobre escombros y por eso sabemos que abrir un hueco para plantar un árbol debe ser un proceso difícil y de mucho tiempo. Aunque hemos consultado por internet, soñábamos con conocer a fondo todo el proceso”.
Hace unas semanas, Óscar Torres, profesor de la Universidad Distrital que les dicta la materia de sistemas catastrales, los invitó a una actividad en donde iban a conocer cómo el Jardín Botánico de Bogotá (JBB) pinta de verde la ciudad.
“El profesor nos dijo que podíamos asistir a una plantación en un parque de Usme ubicado a dos cuadras del Portal de Transmilenio que hay en esta localidad del sur de la capital; aceptamos inmediatamente porque soñábamos con aprender a plantar”, dijo Kevin.
La plantación se realizaría el viernes 29 de noviembre en el parque Nuevo Milenio. La única condición era llevar ropa cómoda, hidratación y bloqueador para protegerse del Sol y los fuertes vientos que soplan en las montañas de Usme.
“Fue perfecto para nosotros porque no teníamos clase ese día. Nos quedamos de encontrar en el Portal de Usme a las 11:30 de la mañana; cada uno llevaría su botella de agua y una gorra por si hacía mucho Sol”, apuntó Luisa.
Un parque más verde
El parque Nuevo Milenio iba a fortalecer su arbolado con la plantación de 57 nuevos árboles y arbustos. Durante dos semanas, cinco operarios del Jardín Botánico se encargaron de abrir los huecos y descargar la tierra abonada.
Kevin, Washington y Luisa llegaron a su cita verde pasadas las 12 del mediodía. Natalia Clavijo, ingeniera de la entidad encargada del arbolado joven en las localidades de Usme y San Cristóbal, se encargó de recibirlos.
“Hoy van a conocer parte del proceso que hacemos para plantar en las zonas urbanas de la ciudad. El ahoyado, la actividad más dura, ya la hicieron los operarios. Abrir un hueco de un metro cúbico puede demorarse hasta tres horas debido a la cantidad de escombros”.
La ingeniera les puso la primera tarea: ayudar a descargar los 57 árboles y arbustos de un camión y organizarlos en una zona del parque por especie: alcaparro enano, abutilón, cedrillo, pichuelo, sietecueros, mermelada y palma botella.
“Este material vegetal fue propagado en el vivero que tenemos al frente del Parque La Florida. El paso a seguir es ubicarlos al lado de los huecos según el diseño que hicimos para la plantación; yo les diré cuál especie va en cada sitio”.
Durante aproximadamente una hora, los estudiantes de la Universidad Distrital y los cinco operarios del JBB sudaron la gota gorda ubicando los nuevos tesoros verdes que prestarán diversos servicios ecosistémicos.
Clavijo escogió una palma botella para explicarles cómo se planta en el área urbana de Bogotá. Jorge Romero, que lleva 20 años como operario del JBB, se encargó de replicar los pasos que decía la ingeniera.
“Lo primero que debemos tener en cuenta es si el hueco tiene el tamaño adecuado para recibir el árbol o arbusto. Si el hoyo está pequeño, vamos a adicionar más tierra abonada; si pasa lo contrario, le retiraremos un poco”.
Romero retiró con cuidado la bolsa plástica que contenía las raíces de la palma botella. “Nunca se planta con el plástico. Debemos ser cuidadosos en el retiro porque podemos dañar el pan de tierra”, explicó el operario.
Antes de meter la palma en el hueco, la ingeniera adicionó un manotazo de hidroretenedor. “Es un acondicionador físico que mejora la capacidad de absorción y retención de agua y nutrientes en el suelo; es el mismo material que tienen los pañales desechables”.
El experto operario utilizó una pala para cubrir las raíces de la palma con la tierra abonada. Luego pisó el montículo varias veces hasta que el terreno quedó plano. “Esto lo hacemos para que no queden burbujas de aire”.
Misión cumplida
Con los nuevos conocimientos frescos en sus mentes, los tres jóvenes se dirigieron hacia los huecos de los otros 56 árboles y arbustos para ayudarlos a plantar en compañía de Clavijo y su cuadrilla de cinco operarios.
“¿Para qué son los palos de madera que hay al lado de los demás árboles?, preguntó Washington. “La primera palma botella que plantamos no lo tenía y me causa una gran curiosidad”.
Clavijo le informó que se trata de un tutor que les dará estabilidad a los individuos arbóreos y arbustivos durante los próximos dos años. “Con una cabuya en forma de ocho, sujetamos el tutor al tronco”.
Las palmas, según la ingeniera, no requieren de este mecanismo porque tienen la capacidad de crecer derechas por sí solas. “En los tutores pueden escribir su nombre o una frase; esto lo hacemos como símbolo de apadrinamiento”.
Las manos de Kevin, Washington y Luisa ayudaron a reverdecer el parque Nuevo Milenio, un sitio de Usme que cuenta con canchas de baloncesto y fútbol, un patinódromo y varios juegos para niños y máquinas de gimnasio.
“Además de darle más vida al parque, lo más importante de esta actividad fue que cumplimos el sueño de aprender a plantar. Comprendimos que no es algo sencillo y todo se basa en una técnica minuciosa”, aseguró Kevin.
A Washington y Luisa, esta jornada de plantación les permitió valorar mucho más el trabajo que hacen a diario los operarios del Jardín Botánico en todas las localidades de Bogotá y la experiencia de los ingenieros.
“Es un trabajo sumamente pesado que lamentablemente no es muy valorado. Les vamos a contar esta experiencia a todos nuestros compañeros y familiares para que comprendan que plantar va mucho más allá de introducir un árbol en un hueco”.