Un roble patrimonial en Ciudad Montes ayuda a restaurar la reserva Thomas van der Hammen
El árbol más antiguo del bosque urbano Ecoparque Ciudad Montes, un roble de 50 años y 22 metros de altura, dejó huella en la van der Hammen.
Las Mercedes, un predio de esta reserva de la localidad de Suba, recibió 100 hijos de este roble patrimonial de la localidad de Puente Aranda.
Alexánder Guáqueta, líder ambiental del bosque urbano, lleva más de tres años propagando las semillas de este tesoro verde del sur de la ciudad.
El Ecoparque Ciudad Montes, un bosque urbano de 63.700 metros cuadrados ubicado en la localidad de Puente Aranda y que hace parte de la cuenca hidrográfica del río Fucha, tiene un sabio que es admirado y cuidado por la comunidad.
Se trata de un roble (Quercus humboldtii) de 22 metros de altura y una copa frondosa y simétrica que supera los 20 metros de diámetro. Al parecer fue plantado durante la década de 1970, es decir que ya supera los 50 años de vida.
En esta época, el área del Ecoparque estaba ocupada por el primer vivero del Jardín Botánico de Bogotá (JBB). Es decir que, posiblemente, el roble pudo ser seleccionado del material vegetal producido y luego plantado directamente en este espacio.
Así lo revela un informe técnico de identificación, evaluación y valoración del equipo de árboles patrimoniales del JBB, “dada su apariencia y su potencial como árbol plus y posterior fuente de semilla”.
Al recorrer la zona boscosa del Ecoparque, donde se impone con fuerza este roble patrimonial y resalta entre los demás árboles de gran porte, es fácil encontrar los regalos que caen desde lo más alto de su copa.
La hojarasca contiene cientos de semillas del roble adulto, algunas de las cuales lograron convertirse en plántulas que crecen con tranquilidad y no reciben los impactos de la mano del hombre.
Según el informe técnico del Jardín Botánico, los árboles de esta especie endémica de las montañas de Colombia y Panamá se desarrollan óptimamente en condiciones de alta humedad relativa y baja contaminación atmosférica.
“Por lo tanto, es destacable que este ejemplar exprese un fenotipo tan excepcional en un entorno urbano que difiere de las condiciones naturales de la especie. Aunque no ha alcanzado su máximo desarrollo, se distingue de todos los demás robles de Puente Aranda”.
Propagando robles
Alexánder Guáqueta, líder ambiental de la localidad de Puente Aranda, es el principal guardián y defensor del hogar de este imponente roble, un bosque urbano que alberga más de 1.407 árboles y arbustos de 136 especies.
Lleva más de tres años ayudando a que las semillas de este roble patrimonial se conviertan en plántulas, un proceso de propagación y germinación que le ha permitido plantar varios robles pequeños en algunas zonas del bosque.
“Recogemos todas las semillas que da este roble padre para luego plantularlas y esperar a que germinen. Cuando llegan a los 40 centímetros de alto aproximadamente, buscamos lugares para plantarlos; con este proceso estamos recuperando el germoplasma”.
Uno de los objetivos de Guáqueta con el gran roble es llevar varios de sus hijos a las zonas de la ciudad que necesiten especies nativas como Quercus humboldtii, un árbol que puede superar los 30 metros de altura y con una copa amplia que proporciona hábitat a la fauna.
Luego de varias conversaciones con Yenny Rosas, licenciada en biología y profesional del equipo social del JBB que lideró la consolidación del bosque urbano en Ciudad Montes, el líder ambiental recibió la buena nueva.
“Las Mercedes, un predio de la reserva Thomas van der Hammen donde el JBB lidera un proyecto de restauración ecológica, podía recibir varios de los robles que hemos propagado de las semillas del árbol padre”, dijo Alexánder.
El compromiso inicial fue seleccionar 100 de los robles hijos del árbol patrimonial que ya estaban listos para ser plantados, material que fue recogido por profesionales del grupo de recuperación ecológica del JBB.
De Puente Aranda a Suba
El centenar de robles donado por el bosque urbano de Ciudad Montes a la reserva Thomas van der Hammen permaneció algunos días en el vivero que tiene el JBB en Las Mercedes, predio que hace parte de la hacienda del mismo nombre.
El pasado sábado 20 de abril, Alexánder y varios miembros comunitarios del Ecoparque fueron invitados a la plantación de aproximadamente 150 árboles nativos en Las Mercedes, de los cuales cerca de 50 serían hijos del roble patrimonial de Ciudad Montes.
Adultos mayores del Centro Día Monserrate, un sitio ubicado en la localidad de Puente Aranda, y estudiantes de la Universidad Distrital Francisco José de Caldas, también participarían en esta actividad enmarcada en el Día Internacional de la Madre Tierra.
Al llegar al sitio de la plantación, Alexánder inmediatamente recorrió la zona para ver los sitios donde serían plantados los robles. Les hizo varias recomendaciones a los técnicos del JBB, como no plantarlos cerca de otras especies de gran tamaño, como los sangregados.
“Quedamos muy contentos porque los 100 robles que serán plantados en Las Mercedes van a aportar mucho en la recuperación ecosistémica de esta zona que hace parte de la reserva Thomas van der Hammen”.
El líder ambiental no pudo disimular la emoción al ver plantados los robles. “Recordemos que esta especie, por ser maderable, ha sido muy deforestada y está en peligro. A través de esta articulación con el JBB, lograremos que esta especie vuelva a la sabana de Bogotá”.
Para Yenny Rosas, profesional del JBB que ha liderado varios de los procesos comunitarios en los bosques urbanos de la capital, estos árboles propagados en Puente Aranda y plantados en Suba son fruto de un trabajo de fortalecimiento.
“En Ciudad Montes hemos venido fortaleciendo las capacidades de la comunidad a través de la formación en temas como la propagación. Queremos que esas ganas que tiene la ciudadanía de cuidar, sean orientadas al diseño y cuidado de las coberturas vegetales de la ciudad”.