PLANTAR CON CIENCIA

El Jardín Botánico de Bogotá invita a la ciudadanía a acoger las recomendaciones de la Entidad a la hora de elegir las especies para reverdecer a Bogotá
Décadas de experiencia en arborización le permiten al Jardín Botánico promover modelos adecuados de plantación, ya que la ciudad tiene una enorme variedad de suelos y características biogeográficas que hacen que una especie que es buena en un lugar no sea tan recomendable en otro.
El conocimiento del comportamiento silvicultural ha permitido superar el mito de que las especies provenientes de otros países y que han sido naturalizadas en nuestros ecosistemas sean inadecuadas. No hay especie mala, sino mal plantada
Bogotá, noviembre 24 de 2020.– Tras cuatro semanas de intensas lluvias en Bogotá, las autoridades comienzan a reportar una disminución en las precipitaciones y una tendencia a la normalidad. Momento propicio para quienes quieren emprender actividades de plantación asesoradas por los técnicos del Jardín Botánico de Bogotá.
En esta nota, les contaremos por qué, a la hora de elegir los árboles que queremos ver crecer al lado de nuestra vivienda, parque o sector, es importante conocer su naturaleza, su dinámica y sus características, ya que es una decisión que tomará muchos años y que nos hace responsables de acompañar el lento proceso de un árbol de abrirse espacio hacia el cielo de la ciudad.
Y es que, a la hora de plantar individuos vegetales en el entorno urbano del Distrito Capital, es necesario tener en cuenta una serie de criterios técnicos, tales como saber dónde se desea plantar en términos del microclima, emplazamiento, entendiendo este como el lugar y por tanto la disponibilidad que suelo fértil, la altura que finalmente alcanzará el árbol para no interferir con el cableado de servicios, el ancho de la copa, el fomento a la biodiversidad, entre otros. Es por eso, que cualquier plantación establecida por el Jardín Botánico se realiza de manera técnica y planeada, donde se busca el árbol apropiado para el sitio adecuado.
Por lo anterior, es indispensable que las personas que de manera espontánea y autónoma quieran sumarse al propósito de reverdecer a Bogotá, que se ha trazado la administración de la alcaldesa Claudia López, acompañen las diferentes jornadas de plantación realizadas en la ciudad, las cuales cuentan con una viabilidad técnica y social.
Antes de conocer el nombre de las especies recomendadas, el Jardín Botánico reitera a las personas que cuentan con el espacio y lugar apropiados y el interés de plantar nuevos árboles, que pueden enviar una comunicación al correo arborizacionurbana@jbb.gov.co, para programar una visita y posteriormente plantar en la zona si las condiciones lo permiten.
En aras de promover la biodiversidad, se enlistan algunas de las especies nativas más usadas y que se están plantando en Bogotá en los diferentes proyectos que se ejecutan por parte de la Entidad:
- Aliso: es una especie nativa de la familia Betulaceae, nombre científico Alnus acuminata que crece hasta 20 metros Se le considera una especie ideal para el control de la erosión, la estabilización de suelos y la recuperación de nacimientos y cuerpos de agua.
- Caballero de la noche (Originaria de Brasil). Nombre científico: Cestrum noctumum. Se le conoce por ser un árbol de contextura media, con una altura máxima de 5 metros y que se le puede reconocer por la agradable fragancia que emana en la noche cuando está florecido. Es ideal para arbolado.
- Cajeto: Especie nativa de nombre científico Citharexylum subflavescens, que alcanza una altura promedio de 15 a 20 metros en estado adulto; tiene una tasa de crecimiento rápida y una larga vida ( aprox,. 30 años) por lo cual se le considera ideal para arborización urbana.
- Carbonero: Nativa. Nombre científico: Calliandra trinervia. Tiene una tasa de crecimiento lenta, una altura máxima de 7 metros y una longevidad de hasta 50 años.
- Cedro: Nativa. Cedrela montana. Árbol típico de los bosques andinos y subandinos. De lejos, una de las especies más apreciadas por los bogotanos por su porte y tamaño que alcanza hasta los 25 metros en edad adulta y una vida que supera los 100 años.
- Cerezo: Prunus serotina var. Capulí. Es una especie nativa que alcanza hasta 80 años de existencia y es una de las más frecuentes en los parques y avenidas de la ciudad, por su adaptabilidad, su contextura media (15 metros de altura aproximadamente) y su muy apetecido fruto rojo carnoso.
- Chicalá amarillo y rosado: Tecoma stans. Especie nativa de amplio uso ornamental por la generosidad y colorido de sus flores, alcanza una altura aproximada de 15 metros y una vida de entre 30 y 40 años.
• Duraznillo: Abatia parviflora. Especie nativa de gran acogida en ornametación. Se le conoce también como velitas, por la forma de sus flores en forma tubular. Alcanza una altura de 20 metros en edad adulta y tiene una vida aproximada de entre 20 y 30 años. - Falso pimiento:Schinus molle. Originaria de Perú, Chile, Bolivia y el sur de Colombia. Se le conoce por este nombre por la forma similar de su fruto con el de la pimienta. Tiene una estatura media (10 metros aproximadamente) y una longevidad de hasta 40 años.
- Guayacán de Manizales: Lafoensia acuminata. Es una especie nativa, muy común en la Sabana de Bogotá, con un uso ornamental pero también maderable. Puede alcanzar una estatura de hasta 20 metros en edad adulta y una vida de hasta medio siglo.
- Nogal: Juglans neotropica. Se le considera el árbol emblemático de Bogotá y tiene un especial significado para la historia de la ciudad, sobre todo por las historias que relatan que durante la Conquista se ordenó talarlos por ser sagrados para los Muiscas, ya que a juicio de los representantes de la Iglesia Católica adorarlos era un sacrilegio una provocación. El Nogal es una especie nativa que vive más de 80 años y alcanza una altura de hasta 20 metros en su edad madura.
- Palma de Cera: Ceroxylum quindiuense. Al igual que la anterior, es una especia nativa con alto significado natural y cultural: es considerado el árbol insignia de Colombia. Alcanza hasta 70 metros de altura, con una tasa lenta de crecimiento y una longevidad de 80 años aproximadamente.
- Pino romerón: Nageia rospigliossi. Especie nativa de la cordillera de Los Andes y pino propio de los países bolivarianos. Puede alcanzar una altura de hasta 20 metros y vivir cerca de 80 años.
- Roble: Quercus humboldtii. Es un árbol nativo de contextura mediana, propio del bosque altoandino que puede vivir hasta 80 años y se caracteriza por ser hábitat de importantes especies polinizadoras.
- Sangregado: Croton spp. Es una especie nativa de estatura media (15 metros) y rápido crecimiento, por lo cual resulta ideal para la recuperación de suelos degradados o zonas con evidentes procesos de erosión.
- Siete cueros: Tibouchina lepidota Especie de la cordillera altoandina, a la cual se le ha dado ese nombre por sus escamas superpuestas a la corteza. Sus flores son medianas de color rosado, rojizo, lilas o blancas y por ende, muy apetecida para uso ornamental y de jardinería. Tiene una vida entre 5 y 10 años y alcanza hasta 10 metros de altura.
- Yarumo: Cecropia telenitida Especie nativa propia de las cordilleras Central y Oriental. Es un árbol de hojas grandes, palmeadas, que alcanza una altura hasta de 10 metros y una vida de hasta 20 años.
Quedan por fuera de esta lista múltiples especies, no por ser menos importantes, recomendables o bellas, sino porque se haría extenso y grande su descripción general para una ciudad que en los próximos 4 años contará con más de 800 mil nuevos árboles y arbustos, 80 mil de los cuales serán plantados por el Jardín Botánico de Bogotá, con el apoyo decidido de la comunidad, en el propósito de Reverdecer a Bogotá.