Crónica – Hospital San Carlos reverdece con 150 nuevos árboles

El Jardín Botánico, la Arquidiócesis de Bogotá y la Fundación Hospital San Carlos se unieron para realizar una jornada de plantación donde la reconciliación con la naturaleza fue la protagonista.
Cerca de 80 personas ayudaron a plantar más de un centenar de árboles en una zona del hospital, de especies como mano de oso, guayacán de Manizales, siete cueros, alcaparro, fucsia boliviana, amarrabollo, rama negra y laurel.
El área que reverdecida está conectada con el bosque de San Carlos, uno de los principales pulmones verdes del sur de la ciudad. Nueva crónica #BogotáReverdece.
Desde niño, Guillermo Roncancio comprendió que debía cuidar la naturaleza. Sus padres fueron los encargados de inculcarle el respeto y el amor por los recursos naturales, enseñanzas que le brindaron en la finca familiar ubicada en el municipio boyacense de Otanche.
“Nací en ese pueblo hermoso donde se dan las mejores esmeraldas del mundo. Allí mis papás me enseñaron a cultivar y cuidar la biodiversidad, en especial las plantas. Ya perdí la cuenta de la cantidad de árboles que planté cuando era pequeño”.
Su amor por el verde siguió creciendo en San Miguel de Sema, municipio del mismo departamento donde llegó a los ocho años y pasó toda su adolescencia. “Una de las lecciones más grandes que me dieron mis progenitores es que sin árboles no hay vida”.
Cuando conformó su familia, Guillermo decidió abandonar su terruño boyacense para tener mejores opciones económicas en Bogotá. “Llegamos al barrio Las Colinas, ubicado en la localidad de Rafael Uribe Uribe, en el sur de la ciudad”.
Como siempre le ha gustado caminar, este campesino y defensor de la naturaleza comenzó a expedicionar la zona. A 10 minutos de su casa se encontró con un denso bosque conformado por cientos de eucaliptos de gran porte.
“Se trataba del bosque de San Carlos, uno de los principales pulmones verdes del sur de la capital del país. Quedé flechado con ese tesoro de vida y me dediqué a luchar por conservarlo con otros vecinos del sector”.
Desde hace 18 años, Guillermo hace parte de una organización comunitaria que defiende el bosque de San Carlos. “Somos alrededor de 15 personas que hemos luchado por mantener en pie este hermoso bosque que solo nos brinda bienestar”.
Como la mayoría de árboles de este pulmón de la localidad de Rafael Uribe Uribe eran eucaliptos, un árbol exótico, el Jardín Botánico de Bogotá (JBB) lleva varios años plantando árboles de especies nativas en el sector.
“Los defensores comunitarios hemos participado en muchas de las jornadas de plantación del JBB. Nuestro objetivo es consolidar un bosque urbano que se conecte con los árboles que hay en el predio de la Fundación Hospital San Carlos”.
Plantación con espíritu religioso
Hace dos semanas, mientras caminaba por su adorado bosque de San Carlos, Guillermo vio a varios operarios del Jardín Botánico abriendo huecos de un metro de profundidad en una zona del hospital.
“El ahoyado, nombre de la técnica, es muy dispendioso porque toca sacar muchos escombros; una persona puede demorarse hasta dos horas abriendo un solo hoyo. Por eso me alegré mucho cuando vi que llevaron una máquina que abre los huecos muy rápido”.
Guillermo sabía que esas actividades se trataban de la preparación de una nueva jornada de plantación. Por eso, se comunicó inmediatamente con las directivas de la Fundación Hospital San Carlos para que lo dejaran participar.
“Me dijeron que se habían unido con el Jardín Botánico y la Arquidiócesis de Bogotá para plantar 150 nuevos árboles. Como también he realizado varias actividades ambientales en el hospital, me invitaron al evento”.
El boyacense llegó a las 9:30 de la mañana al hospital acompañado por varios de los miembros de la organización que defiende el bosque de San Carlos. Lo primero que vio fue que los operarios del JBB ya tenían todo listo para la nueva jornada de plantación.
“Todos los árboles, de especies como mano de oso, guayacán de Manizales, siete cueros, alcaparro, fucsia boliviana, amarrabollo, rama negra y laurel, estaban al lado de los huecos y listos para ser plantados”.
Más de 80 personas de la Arquidiócesis, el Jardín Botánico, el hospital San Carlos y la comunidad, se agruparon en la zona que sería reverdecida. Guillermo se percató que, antes de plantar, se iba a realizar una actividad religiosa.
“Me puse más contento porque todos debemos reconciliarnos con la naturaleza y pedirle perdón por todo el daño que le hemos hecho. Una oración antes de plantar me pareció una actividad muy bonita”.
Agua bendita
Las Vicarías Episcopales Territoriales Inmaculada Concepción y Cristo Sacerdote, de la Arquidiócesis de Bogotá, y quienes se encargaron de donar los 150 árboles, realizaron una liturgia religiosa.
“En un momento tan dramático como el que vivimos por el calentamiento global y el daño de la naturaleza a causa del hombre, sentimos necesario hacer un signo para mostrar que debemos amar la creación de Dios y cuidarla”, dijo Julio Solórzano, monseñor de la Vicaría Episcopal Territorial Inmaculada Concepción.
Solórzano le aseguró a los más de 80 participantes que la iglesia católica está muy comprometida con el amor y cuidado por la vida, porque es obra de Dios. “Jesús nos habla continuamente del amor por la semilla y la naturaleza”.
El monseñor manifestó que a través de actividades ambientales como la plantación de árboles, la ciudadanía se puede reconciliar con la naturaleza. “Hay que reconciliarse con el corazón humano, consigo mismo y luego con la naturaleza”.
Para Solórzano, reconciliarse significa volver al amor, a la unidad, a cuidar y a ser amigos. “Todas las formas de amor, ya sea con la pareja, la familia, la sociedad o la comunidad, son incompletas si no se expresan como amor a la naturaleza, que es obra de Dios”.
Luego de la liturgia, que también contó con la intervención de Alberto Forero, monseñor de la Vicaría Episcopal Territorial Cristo Sacerdote, la Arquidiócesis de Bogotá bendijo varios de los árboles con agua bendita.
“Esta plantación es un acto de reconciliación con la naturaleza y una actividad para cuidar la vida. Hoy bendecimos estos árboles como un símbolo de esperanza y para que crezcan fuertes”.
Aliados en el reverdecer
Culminado el acto religioso, Elizabeth Herrera, coordinadora del grupo de arbolado joven del Jardín Botánico, se encargó de dar las pautas para plantar los 150 árboles en el hospital San Carlos.
“Nuestros operarios e ingenieros se encargaron de hacer el trabajo más duro: el ahoyado. Estuvimos varias semanas en esta zona abriendo los huecos y descargando la tierra abonada para los árboles”.
Herrera les informó a los participantes que sus actividades consistirían en quitar las bolsas que contienen las raíces de los individuos arbóreos sin afectar el pan de tierra, aplicar un hidroretenedor en el hueco, plantar el árbol y al final apadrinarlo.
“En el tutor de madera que le dará estabilidad al árbol durante aproximadamente dos años, ustedes podrán escribir su nombre o alguna palabra bonita. El objetivo es que lo apadrinen y se comprometan con su cuidado”.
La ingeniera también afirmó que estos 150 nuevos árboles son muy importantes para el sector. “Estarán conectados con el futuro bosque urbano de San Carlos, un ecosistema que quedó incluído en el nuevo Plan de Ordenamiento Territorial”.
Liliana Martínez, directora general de la Fundación Hospital San Carlos, agradeció la participación de la Arquidiócesis de Bogotá, el Jardín Botánico y la comunidad en la conformación de esta nueva zona boscosa.
“Nos aliamos para hacer esta actividad tan bonita en uno de los pulmones de la ciudad. Todos debemos participar en estas jornadas ambientales que apuntan a garantizar un futuro para la humanidad”.
La coordinadora del JBB indicó que el reverdecer de Bogotá ha contado con la participación de muchos aliados. “En este sitio de Rafael Uribe Uribe, la Arquidiócesis donó los árboles, el JBB puso la tierra, mano de obra y conocimiento técnico y el hospital San Carlos el espacio”.
Martínez complementó que, además del nuevo bosque, el hospital ha trabajado de la mano con el JBB en la consolidación de su huerta La Carlota. “Tenemos una relación maravillosa que busca seguir pintando de verde nuestro territorio”.
Guillermo Roncancio plantó seis árboles en el hospital, nuevos hijos que cuidará como lo hace con el bosque de San Carlos. “Una de las actividades que más amo es plantar árboles y por eso he aprendido varias técnicas como el ahoyado, plateo y riego. A los nuevos seis los voy a cuidar todos los días”.
La localidad de Rafael Uribe Uribe cuenta con aproximadamente 56.600 árboles en sus zonas urbanas. Desde 2020, el Jardín Botánico ha plantado más de 770 individuos arbóreos en este territorio del sur de la ciudad.
“Con la ayuda de aliados como el hospital San Carlos, la Arquidiócesis y la comunidad, seguiremos reverdeciendo la capital del país. El llamado es a cuidar todos los árboles y participar en nuestras jornadas de plantación”, puntualizó Herrera.