Historias del verde urbano: ¡El puente vehicular curvo de la avenida 68 con calle 26 florece con jardines biodiversos!
Con 1.424 plantas de siete especies, el Jardín Botánico José Celestino Mutis renaturalizó seis columnas y dos muros de este nuevo puente conectante.
Los ocho jardines biodiversos de la estructura vial brillan con los colores de la capuchina, salvia bogotana, algodoncillo, manto de María y varias pasifloras y dietes.
Este proyecto de jardinería de 164,7 metros cuadrados es pionero en la ciudad: es la primera vez que se plantan tantas especies nativas en un entorno urbano.
Bogotá, 8 de octubre de 2025. A mediados de 2022, el Instituto de Desarrollo Urbano (IDU) inició la construcción de una megaobra que conectará el sur con el centro de la ciudad y será exclusiva para el Sistema de Transporte Público Masivo.
Se trata del puente vehicular curvo de la avenida 68 con calle 26, una estructura de 500 metros de largo y 11 metros de ancho que, según TransMilenio, facilitará la movilidad de 7.500 usuarios por sentido durante la hora pico.
El IDU realizó tres etapas para darle vida a la nueva obra: cimentación, subestructura y estructura de los ejes; construcción de un colector sobre la calle 26; y el retiro de la red pluvial de 1,6 metros de diámetro existente en la avenida 68.


“El puente hace parte de las obras del tramo 5 de la avenida 68, que tendrá una inversión de $208.000 millones: $45.000 millones fueron destinados al puente curvo y $42.000 millones a la rehabilitación de los dos puentes vehiculares existentes sobre la calle 26”, informó la entidad.
En las zonas aledañas al puente curvo, el IDU contempló la construcción de una ciclorruta de 1,28 kilómetros, 37.963 metros cuadrados de zonas verdes y 7.120 metros cuadrados de espacio público con amplios senderos peatonales.
Luego de un frente de obra que se extendió durante más de tres años, en el primer semestre de 2025 los ciudadanos que transitan, habitan o trabajan por la zona vieron que el puente vehícular ya tenía forma.
Antes de su apertura, contemplada para noviembre, el IDU le propuso al Jardín Botánico de Bogotá (JBB) renaturalizar las imponentes columnas en concreto que sostienen las calzadas y los dos muros de los extremos: uno en la calle 26 y otro en la avenida 68.
“En marzo, el IDU nos solicitó crear jardines en seis de las siete columnas y en los dos muros. El objetivo era utilizar plantas trepadoras que cubrieran parte de estas estructuras”, dijo Laura Posada, coordinadora del equipo de jardinería del JBB.
Proyecto pionero
Luego de recorrer las zonas a intervenir en el puente curvo, obra que se encuentra en pruebas de carga, Laura y otros profesionales del JBB escogieron las siete especies que le darán color al nuevo proyecto de jardinería.
Capuchina (Tropaeolum majus), salvia bogotana (Salvia bogotensis), algodoncillo o bencenuco (Asclepia curassavica), manto de María (Solanum laxum), dos dietes (Diete bicolor y Diete vegeta) y pasifloras.
“Cinco de estas especies son nativas de nuestro continente: capuchina, salvia bogotana, algodoncillo, manto de María y las pasifloras. Este proyecto será pionero porque nunca hemos plantado este tipo de plantas en un entorno netamente urbano”, aseguró la coordinadora.


Las flores de estas especies también les brindarán alimento a los polinizadores. Por ejemplo, el algodoncillo es la planta favorita de la mariposa monarca y la salvia bogotana es visitada por varias clases de abejas y otros insectos.
“Con el IDU llegamos a la conclusión de darle vida a ocho jardines biodiversos (en seis columnas y dos muros del puente), coberturas vegetales que abarcan un área de 164,7 metros cuadrados”, apuntó Laura.
El diseño de las futuras jardineras mezcla la técnica tradicional de la jardinería urbana con la de los muros verdes. En las estructuras duras, el IDU instaló mallas plásticas de dos metros de alto para que las capuchinas, mantos de María y pasifloras puedan treparse.
En el suelo de cada una de las estructuras duras se harían varias líneas para plantar las demás especies: los dietes en los extremos como una cerca viva que protegerá a las demás plantas, y las salvias y algodoncillos en las internas.
Los jardines biodiversos del puente curvo de la avenida 68 con calle 26 iban a contar con 1.424 plantas: 307 salvias bogotanas, 276 algodoncillos, 208 mantos de María, 56 capuchinas, 572 de las dos especies de dietes y cinco pasifloras.
“El JBB daría todo el material vegetal y el personal para darle forma a los jardines. Por su parte, la tarea del IDU era adecuar el terreno, instalar la malla plástica y adicionar el sustrato, es decir la tierra abonada”, precisó Laura.
Explosión de colores
Diana Castro, ingeniera agrónoma del JBB que tiene a su cargo las jardineras de la localidad de Suba, fue designada para vestir de colores las seis columnas y los dos muros del nuevo puente vehicular curvo de la avenida 68 con calle 26.
“La última semana de marzo, el IDU inició la adecuación del terreno y la adición de sustrato en las zonas que hacen parte del puente en su tramo por la avenida 68. Nosotros descargamos parte del material vegetal”.
Durante varias semanas de abril, Diana y tres de sus operarios trabajaron largas jornadas para empezar a crear los primeros seis jardines biodiversos del nuevo puente: cuatro en columnas y dos en los muros de los extremos del puente.


El trabajo inició en el muro de 25,5 metros cuadrados del tramo de la avenida 68, cobertura vegetal que iba a recibir 190 plantas de seis especies: manto de María, algodoncillo, salvia, los dos tipos de dietes y pasifloras.
“Este jardín es el único que cuenta con pasifloras, cinco plantas que trajimos del túnel de propagación que tenemos en el JBB. Vamos a analizar cómo se comportan en un espacio completamente urbano y con un alto flujo vehicular”, afirmó la ingeniera.
Luego fue intervenida una parte del muro del puente ubicado en la calle 26 que colinda con la nueva ciclorruta, 15,84 metros cuadrados que se iban a renaturalizar con 164 capuchinas, mantos de María, algodoncillos, salvias y los dos dietes.
En los jardines biodiversos de las cuatro columnas del tramo del puente en la avenida 68, cada una con un área de 19,8 metros cuadrados, Diana plantó un total de 684 plantas (171 por columna).
“El diseño de las columnas contempló seis especies: capuchina, manto de María, algodoncillo, salvia bogotana y las dos variedades de dietes. Cada una tiene flores de distintos colores, como naranja, blanco, rojo, morado y amarillo”.
El 21 de abril, Diana y sus operarios terminaron la primera fase en el puente curvo: el resultado fueron seis nuevos jardines que luego recibieron varias jornadas de riego, fertilización y mantenimiento.
“Nuestro compromiso es realizar estas actividades una vez al mes. A finales de mayo, cuando fuimos a realizar uno de los mantenimientos, las capuchinas, mantos de María y pasifloras ya habían cubierto gran parte de la malla de dos metros de altura”.
En los mantenimientos realizados entre junio y septiembre, Diana evidenció un desarrollo adecuado de las plantas, incluso de las nativas. Las flores de los jardines biodiversos ya están atrayendo a los polinizadores.
“Ninguna de las especies se ha visto seriamente afectada por factores antrópicos, climáticos o la contaminación de los vehículos. Hemos registrado varias clases de abejas y mariposas, como la hermosa monarca en los algodoncillos o bencenucos”.
Entre el 6 y 8 de octubre, luego de recibir luz verde por parte del IDU, el Jardín Botánico intervino las dos columnas del puente ubicadas en calle 26 y terminó de renaturalizar los dos muros. La segunda fase inició con el descargue del material vegetal.
“Para los jardines de las dos columnas llevamos 386 plantas de seis especies: manto de María, capuchina, algodoncillo, salvia y las dos clases de dietes. En los muros terminamos de plantar en sus zonas centrales”, precisó Diana.
Con esta intervención, el JBB terminó la fase de trazado y plantación en estas ocho nuevas coberturas vegetales de Bogotá. “Todas le aportan mucho color a la zona y se están convirtiendo en el refugio de los polinizadores”.
Futura investigación
Los ocho nuevos jardines biodiversos del puente vehicular curvo de la avenida 68 con calle 26 no quedarán a la deriva. Diana y su cuadrilla de operarios los visitarán una vez al mes para regarlos, fertilizarlos, podarlos y retirarles las arvenses.
“Aunque durante los próximos tres años será un proyecto a cargo del IDU, el instituto nos pidió ayudarles con las actividades de mantenimiento. El objetivo es que estas nuevas coberturas vegetales se mantengan y crezcan adecuadamente”.
Por tratarse de un proyecto pionero en Bogotá, el JBB tiene pensado dar marcha a una investigación sobre el comportamiento de las especies nativas en este tipo de zonas urbanas. “Hasta ahora todas se han desarrollado bien; ninguna especie está compitiendo con otra”.


Si las salvias bogotanas, capuchinas, mantos de María, algodoncillos y pasifloras sobreviven a las dinámicas ambientales y sociales de la avenida 68 y la calle 26, podrían ser utilizadas en otros proyectos de jardinería que tiene a su cargo el Jardín Botánico.
“Esto también lo estamos haciendo en otras jardineras de la calle 26 y algunas zonas ajardinadas de la localidad de Kennedy. Nuestro mayor reto es consolidar jardines biodiversos en la ciudad”, concluyó la coordinadora del equipo de jardinería del JBB.






