El reverdecer de un parque en las montañas de Ciudad Bolívar
El parque Altos de la Estancia, un área montañosa donde se presentó uno de los deslizamientos más grandes registrados en América Latina, ha reverdecido con más de 400 árboles.
Las 21 hectáreas de este lugar cuentan con especies como arrayán, garrocho, pajarito, falso pimiento, guayacán de Manizales, cajeto, jazmín del cabo, calistemo y pomarroso.
Niños y jóvenes de la Corporación Nuevo Comienzo participaron en la última jornada de plantación de este año y recibieron varios regalos de Navidad.
El Jardín Botánico seguirá pintando de verde este parque zonal de Ciudad Bolívar: en 2023 tiene proyectado plantar 350 árboles. Nueva crónica #BogotáReverdece.
El bosque nativo que cubría los cerros del sur de Bogotá, un tapete verde y lleno de biodiversidad, comenzó a palidecer a mediados del siglo XX con la llegada de la agricultura y el pastoreo, actividades que ocasionaron un intenso proceso de tala.
Altos de la Estancia, una zona ubicada en la localidad de Ciudad Bolívar, fue una de las más deforestadas, una hecatombe ambiental que se intensificó en la década de 1960 con el inicio de la explotación minera en la parte baja del cerro.
Durante los años 80, los denominados terreros vendieron de forma ilegal varios predios montañosos a miles de personas desplazadas por el conflicto armado, una nueva presencia que deterioró e inestabilizó aún más esta zona de aproximadamente 110 hectáreas.
Los azotes contra la montaña, como la deforestación, excavación minera, urbanización, filtración de aguas residuales, excavaciones y rellenos, pasaron su factura a mediados de la década de los 90, cuando se registraron varios fenómenos de deslizamiento y desprendimientos de roca.
En 1998 ocurrió una tragedia sin antecedentes en la capital del país. Gran parte de la montaña se desprendió y afectó a cerca de 3.000 familias de 15 barrios, más de 17.000 personas vulnerables que perdieron todo y tuvieron que ser reubicadas.
Este deslizamiento en Altos de la Estancia fue catalogado como uno de los más grandes registrados en América Latina. Las 74 hectáreas afectadas fueron declaradas como una zona de suelo de protección por riesgo de remoción en masa.
Además de la reubicación de las familias afectadas, el Distrito realizó varias obras de estabilización y mitigación en la zona, como la construcción del Muro del Espino, la canalización de las quebradas y el manejo de aguas lluvias y servidas.
Un nuevo bosque
Debido a la declaratoria como suelo de protección por riesgo, las 74 hectáreas de Altos de la Estancia donde se presentó el deslizamiento no pueden ser habitadas sino destinadas a otras actividades que no representen alguna amenaza para la población.
En 21 hectáreas del polígono, el Distrito dio marcha a la construcción del parque zonal Altos de la Estancia, un proyecto enfocado en la recreación pasiva y la recuperación ambiental de los ecosistemas que desaparecieron por la ocupación informal.
Este nuevo espacio empezó a consolidarse en 2015 con varias obras de bioingeniería y estabilización de los terrenos. Luego de cuatro años de trabajo, la ciudadanía conoció su nuevo rostro: dos canchas sintéticas de fútbol 5, cancha múltiple, senderos, señalización, mobiliario e iluminación.
El parque zonal, ubicado en la diagonal 67A sur con carrera 76A, se convirtió en un ícono de Ciudad Bolívar que beneficia a más de 214.000 personas y ofrece una amplia panorámica del sur de la ciudad.
Desde 2020, el Jardín Botánico de Bogotá (JBB) reverdece la zona para consolidar uno de los bosques en áreas de resiliencia climática y protección por riesgo que contempla el actual Plan de Ordenamiento Territorial (POT).
Más de 400 árboles, de especies como arrayán, pomarroso, pajarito, garrocho, falso pimiento, jazmín del cabo, guayacán de Manizales, calistemo, tiba, sauco y cajeto, han sido plantados por los ingenieros y operarios de la entidad.
“Estas coberturas vegetales consolidarán un bosque que mejorará la calidad del aire, disminuirá la temperatura, atraerá a los polinizadores y cambiará el paisaje de esta zona de Ciudad Bolívar afectada por los deslizamientos”, dijo Andrea Suárez, ingeniera del JBB.
Estos árboles también ayudarán a mitigar el riesgo en la zona. Algunas especies cuentan con raíces que permitirán controlar la erosión y detener los taludes de tierra; otras son de grandes copas que conformarán corredores hídricos y ecosistémicos.
El reverdecer de este parque ha requerido de la presencia constante de los profesionales del JBB. Según Suárez, las condiciones climáticas de la zona hacen que algunas especies no sobrevivan por sí solas.
“Con la ayuda de nuestros operarios y varias ‘Mujeres que reverdecen’, hemos realizado cadenas humanas para regar los árboles durante los meses más críticos de las temporadas de sequía”.
Elizabeth Herrera, coordinadora del grupo de arbolado joven del JBB, aseguró que el parque zonal Altos de la Estancia es una de las prioridades de la entidad y por eso seguirá reverdeciendo el próximo año.
“Tenemos proyectado plantar más de 350 árboles en lo corrido de 2023. Las futuras jornadas de plantación contarán con la presencia de la comunidad de la zona, para que así se apropien y nos ayuden a cuidar las coberturas vegetales”.
Navidad adelantada
El pasado miércoles 7 de diciembre, el JBB realizó la última jornada de plantación en el parque Altos de la Estancia de este año. Los niños y jóvenes de la Corporación Nuevo Comienzo Bogotá (CONUCOB), acompañados por sus familiares, fueron los protagonistas.
“Cada diciembre invitamos a estos niños y jóvenes con alguna discapacidad para que participen en alguna de nuestras actividades ambientales. Este año escogimos a este parque zonal de Ciudad Bolívar”, dijo Yenny Rosas, profesional social del Jardín Botánico.
Llegar al sitio fue toda una travesía para los futuros plantadores. Un bus los recogió en Suba, localidad donde viven, y se demoró más de dos horas en arribar hasta la montaña de Ciudad Bolívar, cubierta ese día por una densa niebla.
“Somos una corporación que lleva cinco años realizando labores comunitarias con varias familias que tienen niños y jóvenes con alguna discapacidad, como Síndrome de Down, pérdida de la vista o autismo”, informó Luz Erminda Castro, representante de CONUCOB.
Esta bogotana asistió con Juan David Castro, su hijo de 24 años que fue diagnosticado con autismo y discapacidad múltiple. “Desde que salimos de la casa estábamos muy contentos porque íbamos a sembrar vida”.
Al llegar al parque, varios operarios e ingenieros del JBB y profesionales de la Alcaldía Local de Ciudad Bolívar recibieron a los niños, jóvenes y padres de la corporación y los reunieron en círculo para informarles todos los pormenores de la plantación de 30 nuevos árboles.
“Hoy queremos que nos ayuden a reverdecer este hermoso parque. Debemos tener mucho cuidado al retirar la bolsa plástica que contiene el pan de tierra de los árboles, ya que ahí están las raíces que les darán alimento”, aseguró la ingeniera Suárez.
Los niños y jóvenes de CONUCOB se untaron de tierra y ayudaron a introducir los árboles en los huecos de un metro cúbico de profundidad. “Mi hijo estuvo muy contento porque le encanta jugar con la tierra”, apuntó Luz Erminda.
Esta madre y representante de la corporación afirmó que este tipo de actividades les ayuda mucho a las personas que se encargan a diario del cuidado de sus hijos, nietos o familiares que tienen algún grado de discapacidad.
“Nosotros no la pasamos encerrados en la casa debido a la discapacidad de nuestros hijos. Por eso, actividades como esta plantación de árboles en Ciudad Bolívar nos permiten respirar un nuevo aire y relajar la mente”.
Las personas que hacen parte de la Corporación Nuevo Comienzo han visitado otros lugares de la ciudad gracias al Jardín Botánico. “Nos invitan cada diciembre y siempre salimos recargados de energía. Somos cuidadores dedicados totalmente a nuestros hijos”, apuntó Luz Erminda.
Luego de reverdecer una zona del parque con 30 nuevos árboles, los niños y jóvenes de la corporación recibieron sus primeros regalos de Navidad: un kit conformado por un libro para pintar y varias témperas, acuarelas y colores.
“Hicimos una recolecta en la Subdirección Técnica Operativa del JBB para comprar estos regalos. Nos llenó de alegría ver los rostros de felicidad de los niños, jóvenes y padres de CONUCOB, a quienes seguiremos invitando a nuestras jornadas de plantación”, dijo Herrera.
Mientras su hijo jugaba con su nuevo regalo, Luz Erminda contempló la montaña de Altos de la Estancia durante unos minutos y evidenció que este lugar cuenta con varias zonas para seguir plantando árboles.
“Me gustaría mucho ver esta montaña llena de árboles y con un bosque hermoso que nos ayude a respirar un mejor aire. Vivimos en medio de ladrillos y necesitamos más lugares repletos de naturaleza”.