El reverdecer de los falsos pimientos del Eje Ambiental

Eje Ambiental
  • Los 118 falsos pimientos que engalanan este icónico sector del centro de la ciudad han palidecido por el accionar de un insecto procedente del Eje Cafetero.
  • Se trata de Monalonion velezangeli, un insecto que afecta bastante las hojas y ramas de esta especie arbórea.
  • El Jardín Botánico de Bogotá les realizó una aspersión foliar con extractos naturales, inductores de resistencia, estimulantes y fertilizantes.
  • Este tratamiento fitosanitario y nutricional busca que los falsos pimientos recuperen su follaje. Nueva crónica #BogotáReverdece.

En la época prehispánica, un río de aguas diáfanas y cristalinas que nace en el páramo de Cruz Verde era conocido por los muiscas como Vicachá, una palabra chibcha que significa el resplandor de la noche.

El cuerpo de agua fue el más caudaloso de la zona. Luego, los españoles le cambiaron de nombre a río San Francisco y construyeron varias viviendas en sus alrededores, además de 18 puentes que lo atravesaban en diferentes puntos de la ciudad.

Durante la década de 1930, el río San Francisco o Vicachá fue canalizado y quedó ocultó bajo las calles y viviendas del centro urbano. Sobre su antiguo cauce se construyó la Avenida Jiménez, 2,8 kilómetros que van desde la estación de teleférico de Monserrate hasta la Avenida Caracas.

Eje Ambiental
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Entre 1999 y 2001, un proyecto de la Alcaldía de Bogotá hizo resurgir las aguas del río que fue venerado por los muiscas: la construcción del Eje Ambiental, un sendero peatonal enladrillado con el río San Francisco en la mitad.

Este icónico sector del centro de la capital, comprendido entre las carreras 1 y 10, fue reverdecido con cientos de palmas de cera, falsos pimientos y otras especies arbóreas, coberturas vegetales que fueron plantadas alrededor del río canalizado.

El Eje Ambiental es recorrido a diario por universitarios, trabajadores, turistas y ciudadanos que se dirigen hacia Monserrate, personas que se deleitan con el contraste que generan los ladrillos, el flujo del agua del río y el verde de sus árboles.

“Es uno de los pocos sitios de la ciudad donde podemos ver muchos árboles alrededor de un río, así esté canalizado. Los extranjeros se sorprenden bastante con el Eje Ambiental y se toman muchas fotografías”, cuenta una de las vendedoras de tinto del sector.

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Palidecen los falsos pimientos

Entre las carreras 1 (Universidad de los Andes) y 4 está ubicado el tramo más verde del Eje Ambiental, un sector que abarca lugares emblemáticos como el Parque de los Periodistas, el  monumento a Policarpa Salavarrieta “La Pola” y la Plazuela de Las Aguas.

Un centenar de palmas de cera, con tamaños que superan los 30 metros de altura, y 118 falsos pimientos, una especie exótica procedente de países como Perú, Chile y Bolivia, rodean el río San Francisco o Vicachá y conforman un camino arbóreo.

Sin embargo, durante ciertas temporadas las hojas y ramas de los falsos pimientos, árboles longevos que alcanzan una altura máxima de 10 metros, lucen marchitas o con coloraciones cafés y rojizas, como si hubieran sido afectadas por un rayo.

La razón del aspecto de esta especie está en la afectación que producen varios insectos en su tejido vegetal, en especial Monalonion velezangeli, más conocido como chinche de la chamusquina del café.

Se trata de un insecto de color rojo y cuerpo alargado que no es nativo de la sabana de Bogotá. Es procedente de las zonas altas del Eje Cafetero, donde afecta las plantaciones de café y los cultivos de aguacate.

“Los estados inmaduros de este insecto se alimentan de la savia del falso pimiento. En las punturas de alimentación dejan una abertura que es aprovechada por un hongo, el cual afecta los tejidos del árbol”, dijo Gustavo Ardila, ingeniero de sanidad vegetal y coberturas verdes del Jardín Botánico de Bogotá (JBB).

El experto afirma que Monalonion velezangeli es un vector para la entrada del hongo. “Cuando entra el hongo, el árbol forma una especie de resina que impide que salgan los nuevos brotes foliares. Entre el insecto y el hongo causan el deterioro del falso pimiento”.

Esto ocurre en los más de 23.700 falsos pimientos que hay en Bogotá, en especial los ubicados en las localidades del norte, centro y oriente de la capital. Por eso, el grupo de Manejo Integrado de Plagas y Enfermedades (MIPE) del JBB les realiza varios tratamientos.

Revitalización en el Eje Ambiental

El 3 y 4 de abril, los 118 falsos pimientos del Eje Ambiental recibieron un tratamiento fitosanitario y nutricional por parte del Jardín Botánico, un procedimiento que busca hacer reverdecer su tejido foliar.

Ardila y su cuadrilla de cinco operarios, conformada por Diego Yara, John Sánchez, Mackensic Mafla, Carlos Vargas y Juan Manuel Montoya, les realizaron una aspersión foliar a estos árboles emblemáticos del centro capitalino.

“Estos falsos pimientos están muy afectados por Monalonion velezangeli y Ceroplastes cundinamarcensis, dos plagas que han perjudicado más del 50% de su tejido foliar, es decir las hojas”, aseguró el experto del JBB.

Eje Ambiental
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La medicina arbórea para estos árboles consistió en una mezcla de agua con un repelente a base de ajo y ají, inductores de resistencia, fertilizantes bajos en nitrógeno, estimulantes foliares y extractos naturales.

“Les aplicamos aproximadamente 2.000 litros de esta mezcla con el fin de recuperar el follaje de los falsos pimientos. El objetivo es que las nuevas hojas tengan una cutícula más gruesa y más resistente y así evitar el ataque de las plagas”, apuntó Ardila.

Durante los dos días que duró el tratamiento de los falsos pimientos, los transeúntes del Eje Ambiental vieron con curiosidad a los cinco operarios del grupo MIPE del Jardín Botánico, todos vestidos con trajes especiales y tapabocas y guantes industriales.

El procedimiento empezó en los platones de dos camionetas blancas. En uno de ellos, el ingeniero Ardila primero preparó la mezcla de ingredientes y luego la llevó al otro platón para mezclarla con agua en un tanque de gran tamaño.

Una motobomba se encargó de bombear la sustancia de color blanco hacia unas mangueras que fueron amarradas por los operarios en dos guadas largas. Mientras uno de ellos rociaba las hojas y ramas de los falsos pimientos, los demás controlaban el flujo de personas y vehículos.

“Conversamos con varios comerciantes, vendedores ambulantes y ciudadanos para que no transitaran por la zona mientras hacíamos la aspersión. Aunque son productos biológicos, pueden causar molestias por el olor a ajo y ají”, anotó Ardila.

En aproximadamente tres meses, la cuadrilla del grupo MIPE volverá al Eje Ambiental para ver la evolución de los falsos pimientos. “La aspersión foliar es muy efectiva para controlar las plagas en estos árboles. Esperamos verlos reverdecidos y engalanando este sector de la ciudad”.

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Plaga crítica

Monalonion velezangeli fue reportado por primera vez en Bogotá en el primer semestre de 2016, cuando Ardila, la bióloga Marcela Albornoz y el ingeniero José Castro evidenciaron un notorio cambio en unos falsos pimientos del norte de la ciudad.

“Tenían un color bastante rojizo. Primero pensamos que se trataba de un hongo, pero Germán Arveláez, fitopatólogo de la Universidad Nacional, nos dijo que se trataba de una plaga luego de analizar los árboles”, afirmó Ardila.

Los tres expertos localizaron el insecto en los árboles afectados y llevaron la evidencia al ICA, donde les dijeron que se trataba del chinche de la chamusquina del café. Ante esto, el JBB empezó a investigar el comportamiento de la plaga.

“Comenzamos a analizar al insecto y las afectaciones que causa para poder controlarlo. Fue así que consolidamos un tratamiento foliar y nutricional que nos permite recuperar el árbol cuando se ve afectado”.

Lo que más les sorprendió a los expertos fue que se trataba de un insecto foráneo que logró adaptarse a las condiciones climáticas de Bogotá. “Habita en las zonas altas del Eje Cafetero, sitios con alturas de aproximadamente 1.800 metros y acá estamos a 2.600”, mencionó Ardila.

Para el ingeniero del JBB, este insecto es una evidencia del cambio climático. “Seguramente logró adaptarse por los aumentos en la temperatura de la ciudad. Tuvo una adaptación de 800 metros de altura”.

Los falsos pimientos no son las únicas especies arbóreas afectadas por esta plaga. Según Ardila, la fucsia arbustiva y el guayacán de Manizales también cuentan con la presencia del insecto.

“El problema es que como se trata de una plaga foránea, no tiene controladores naturales o biológicos, es decir que está en libertad y colonizando otras especies arbóreas”.