El centro de Bogotá se viste de verde con nuevos árboles y plantas de jardín

El Jardín Botánico de Bogotá (JBB) ha realizado varias jornadas ambientales en zonas emblemáticas de las localidades de Santa Fe, La Candelaria y Los Mártires.
Sitios como el separador central de la Avenida Caracas, los andenes del Cementerio Central y la Carrera 10, el Eje Ambiental, el Cementerio Central y el Parque Nacional, reverdecieron con nuevos árboles y coloridas plantas de jardín.
Las coberturas vegetales de estos lugares han palidecido por los comportamientos de algunos ciudadanos. Nueva crónica #BogotáReverdece.
Todos los recovecos del centro de Bogotá, un territorio cercano a los Cerros Orientales que abarca barrios de las localidades de La Candelaria, Santa Fe, Los Mártires y Teusaquillo, huelen a historia patria.
Sus primeros pobladores humanos fueron los muiscas, indígenas que durante la época prehispánica habitaron la sabana cundiboyacense. Bacatá, nombre original de la capital del país, era gobernada por el Zipa, descendiente de la diosa Chía (Luna).
Las tierras muiscas no contaban con grandes ciudades: el común denominador eran pequeñas aldeas y caseríos donde sembraban maíz, papa, fríjoles, cubios y tabaco. Veneraban el agua y por eso hacían sus rituales sagrados en las lagunas de aguas diáfanas y cristalinas.
La llegada de los españoles fue catastrófica para esta etnia pacífica y sin habilidades para la guerra. Los indígenas fueron dominados y saqueados por los europeos, una hecatombe que dio paso a la conquista por parte de los extranjeros.
Gonzalo Jiménez de Quesada estableció su guarnición militar en lo que hoy se conoce como la plazoleta del Chorro de Quevedo, un sitio en ese entonces conformado por 12 casas pequeñas desde donde el Zipa observaba la sabana. Allí, el español fundó la villa de Santa Fe.
Luego de su crecimiento poblacional, en 1550 el antiguo territorio muisca fue elevado a capital y se convirtió en el centro de los poderes administrativos, judiciales, políticos y eclesiásticos del Nuevo Reino de Granada.
La plaza mayor, hoy llamada Plaza de Bolívar, era el sitio de las fiestas y celebraciones católicas. Entre tanto, en los alrededores de la plaza de las Yerbas (Parque Santander) se construyeron las primeras residencias de los personajes distinguidos.
Los terrenos del centro de la capital del país fueron testigos de importantes hitos. Por ejemplo, entre 1791 y 1816 fue la sede de la Expedición Botánica liderada por José Celestino Mutis.
Durante la Independencia del yugo español, el corazón de Santa Fe fue el epicentro de un episodio histórico. El 20 de julio de 1810, José González Llorente no quiso prestarles el florero a unos habitantes de Santa Fe, lo que enfureció a los pobladores y gritaron “Independencia”.
En 1846, la plaza mayor recibió la estatua del libertador Simón Bolívar, figura que reemplazó a la fuente de agua ‘El Mono de la Pila’ y se convirtió en el primer monumento público de la ciudad.
A reverdecer el centro
Con el paso de los años, el centro de Bogotá se consolidó como una de las mayores aulas a cielo abierto sobre la historia de Colombia. Sus monumentos, parques, museos y arquitectura antigua permiten realizar un viaje al pasado de las raíces de la ciudadanía.
Además de su sobredosis histórica, este lugar de antaño también alberga varias muestras de la biodiversidad bogotana, como el bosque andino y nacimientos de agua de los Cerros Orientales y los árboles de diversos portes ubicados en sus zonas urbanas.
Según el Sistema de Información para la Gestión del Arbolado Urbano (SIGAU), las localidades de La Candelaria, Santa Fe, Teusaquillo y Los Mártires albergan más de 138.000 árboles en el espacio público.
Sin embargo, estos tesoros arbóreos, al igual que las plantas que engalanan sus zonas de jardines, han palidecido por las dinámicas sociales del territorio y el alto flujo de transeúntes en sus áreas más concurridas.
Sitios como los separadores y andenes de la Avenida Caracas, Calle 19, Carrera Séptima, Carrera 10, Eje Ambiental y Calle 26, han perdido varios de sus árboles y jardineras por los comportamientos inadecuados de algunos ciudadanos.
Ante esto, el Jardín Botánico de Bogotá (JBB), con el apoyo de otras entidades del Distrito, ha realizado varias intervenciones durante las últimas semanas en los lugares del centro de la ciudad donde las coberturas vegetales están más afectadas.
“Hemos realizado varias jornadas de replante de árboles, mantenimiento de jardines y nuevas plantaciones en el centro de la capital, actividades que han contado con la participación de la comunidad”, dijo Yenny Rosas, profesional social de la Subdirección Técnica Operativa del JBB.
Polígono crítico
Basuras, alta presencia de habitantes de calle, árboles retirados y carretas de reciclaje, fueron algunos de los hallazgos que encontraron varias entidades del Distrito en un polígono comprendido entre las calles 25 y 19 y la carrera 10 y Avenida Caracas.
El recorrido por esta zona de las localidades de Santa Fe y Los Mártires inició en el monumento de La Rebeca (carreras 12 y 13 con calle 25), la primera obra que representó a una mujer desnuda instalada en un espacio público de la ciudad.
“Los alrededores del monumento, ubicado en un estanque con un espejo de agua, cuentan con jardineras que fueron construidas por una empresa privada. Por esta razón, el JBB no se encarga del mantenimiento de estas plantas”, informó Rosas.
Los profesionales del Distrito continuaron su inspección por la Carrera 10, un corredor vial por donde pasan los articulados de TransMilenio y que se caracteriza por albergar un gran número de establecimientos comerciales.
“En el separador central evidenciamos que algunos de los árboles, de la especie liquidámbar, fueron retirados y otros están en mal estado físico y sanitario. Por eso, le reportamos la información a la Secretaría de Ambiente”, aseguró Jeffrey Castañeda, ingeniero del JBB.
En la Calle 19, también llamada Avenida Ciudad de Lima, el Jardín Botánico también encontró la ausencia de varios árboles sobre los andenes, además de focos de contaminación en los contenedores donde habían sido plantados.
“El parte positivo en esta zona es que las plantas de las jardineras ubicadas en el separador central han logrado sobrevivir a las dinámicas sociales, aunque persisten algunos puntos críticos de residuos sólidos”, manifestó Rosas.
En junio de este año, el equipo de jardinería del JBB plantó más de 11.000 hiedras y durantas en las ocho jardineras de la Avenida 19, zonas coloridas ubicadas entre la carrera 3 y la Avenida Caracas.
El arbolado del separador central y los andenes de la Avenida Caracas se ha visto fuertemente impactado por los habitantes de calle, quienes realizan fogatas en los contenedores y arrojan una alta cantidad de basura.
Una semana después de inspeccionar este polígono del centro de la capital, el JBB realizó una jornada de reverdecimiento en el sector, donde fueron replantados seis árboles de dos especies: liquidámbar y pino romerón.
“Estos árboles fueron plantados en los separadores de la Avenida Caracas y Carrera 10 y en el andén de la Calle 19. Esperamos que la ciudadanía cuide a estos individuos arbóreos y que estos no sigan siendo víctimas de las basuras”, anotó Castañeda.
Rosas conversó con varios de los vendedores que trabajan cerca de estos nuevos árboles. “La mayoría de los ciudadanos aseguraron que los van a cuidar. Este trabajo no fue posible en la Avenida Caracas, una zona con alta presencia de habitantes de calle y recicladores”.
Plantaciones incluyentes
A lo largo del emblemático Eje Ambiental, por donde fluye canalizado el río San Francisco, el Jardín Botánico realizó el replante de 11 árboles de especies como palma de cera, falso pimiento, buxus y ligustro.
Esta jornada ambiental contó con el apoyo de funcionarios de la Alcaldía Local de La Candelaria y varios activistas de la mesa local LGBTI de esta localidad, quienes les hicieron un homenaje a los líderes de la comunidad que han perdido su vida por defender sus derechos.
“Nos sumamos a esta actividad para homenajear a los líderes y lideresas de nuestra comunidad que han sido asesinados o perdieron su vida recientemente”, dijo Jorge Montaña, uno de los jóvenes activistas.
Diana Navarro y ‘La Leona’, dos mujeres trans que dedicaron sus vidas a luchar por los derechos LGBTI en Colombia, fueron inmortalizadas en los tutores de madera que les brindarán estabilidad a estos árboles.
“En el Eje Ambiental hemos tenido que hacer varias jornadas de replante porque algunos árboles no sobreviven a los orines y las basuras que la ciudadanía les arroja. El reverdecer de la ciudad es tarea de todos”, afirmó Sergio Mendieta, ingeniero del JBB.
La comunidad LGBTI también participó en la plantación de 20 árboles en un sector del Parque Nacional, una joya cachaca ubicada en la localidad de Santa Fe que reverdeció con especies como gaque, carbonero y té de Bogotá.
“Nos acompañaron más de 30 personas del grupo LGBTI del Centro de Atención Integral a la Diversidad Sexual y de Géneros (CAIDSG) de la zona centro, ubicado en localidad Los Mártires, quienes aprendieron a plantar y apadrinaron los árboles”, mencionó Castañeda.
Esta actividad fue realizada en el marco de Sembrando Memorias Trans, que hace actividades de limpieza y cuidado en torno a vivencias de personas de esta comunidad. También contó con la participación de funcionarios de las Secretarías de Salud, Integración Social y Planeación.
“Los 20 árboles fueron plantados como un recuerdo de las personas que han perdido la vida por la transfobia, el prejuicio y la discriminación”, anotó el ingeniero del JBB.
Jardineras y nuevos árboles
En la Carrera Séptima, entre la Avenida Jiménez y la Plaza de Bolívar, el JBB realizó el cerramiento y mantenimiento a las 38 jardineras que embellecen este concurrido sector peatonal del centro de la ciudad.
Con la ayuda del Departamento Administrativo de la Defensoría del Espacio Público (DADEP), el consorcio de aseo Promoambiental y la Policía y Ejército Nacional, estas jardineras fueron encerradas con estacas y cintas plásticas.
“Las 2.400 plantas de estas jardineras, de especies como mermelada, hebe morado, buxus, hiedra, azalea y venturosa, se han visto muy afectadas por las basuras que les arrojan los ciudadanos”, dijo Jorge Rodríguez, ingeniero del equipo de jardinería del JBB.
Según el experto, cerca del 30 % de estas plantas, es decir más de 700, desaparecieron por la mano del hombre. “Estas plantas murieron por el pisoteo de los transeúntes o por los residuos sólidos y líquidos”.
Rodríguez espera que con este cerramiento, los ciudadanos respeten la vida de las plantas de la Carrera Séptima. “Las jardineras prestan servicios ambientales y embellecen nuestra ciudad. Todos debemos cuidar estas coberturas vegetales que no le causan daño a nadie”.
El JBB seguirá velando por estas jardineras de La Candelaria. “Con mi equipo de operarios vamos a realizar el replante de las más de 700 plantas que desaparecieron por las conductas de la ciudadanía”.
En los andenes que rodean el Cementerio Central, el más antiguo de Bogotá, los operarios del Jardín Botánico destinaron varios días para hacer el mantenimiento del arbolado, un recurso natural que se ha visto afectado por varios vendedores del sector.
Los residuos de la elaboración de las lápidas en mármol son los principales verdugos de los árboles de la zona, los cuales quedan blancos por el material particulado que arroja esta actividad, al igual que la tierra de los contenedores.
Los operarios aplicaron nueva tierra en los hogares de más de 10 árboles y plantaron tres nuevos individuos a lo largo del andén de la Calle 26. “Escogimos liquidámbar porque es una de las especies que más resiste a las condiciones de la capital”, concluyó Rosas.