Crónica – Falso pimiento: un árbol apetecido por un insecto foráneo

Monalonion velezangeli, más conocido como chinche de la chamusquina del café, hace palidecer las ramas y hojas de este árbol representativo de la capital.

Este insecto, asociado a los cafetales y cultivos de aguacate de clima templado, fue reportado por primera vez en estos árboles de Bogotá en 2016.

En lo corrido de este año, el Jardín Botánico le ha realizado tratamiento integral a 10.133 falsos pimientos, la mayoría afectados por esta plaga que logró adaptarse a las condiciones climáticas y ambientales de la ciudad.

Aunque al parecer es originario de los Andes centrales, de países como Perú, Chile y Bolivia, el falso pimiento (Schinus molle) es uno de los árboles más representativos de la capital del país que decora las zonas urbanas con sus hojas largas de color verde claro tirando a grisáceo.

Según el Manual de Silvicultura Urbana para Bogotá, esta especie exótica de porte arbóreo, con una altura máxima de 10 metros y un ciclo de vida longevo, es ideal para reverdecer espacios como los parques, plazoletas, separadores, andenes, glorietas y orejas de los puentes vehiculares.

“Crece en zonas subhúmedas, semisecas y secas a un ritmo moderado. Su raíz es superficial y entre las mejores funciones que le presta a la ciudad está su aporte estético y cultural, al igual que brindar un bienestar físico”, informa el documento.

Bogotá alberga más de 23.700 falsos pimientos en sus áreas urbanas, la mayoría ubicados en localidades del sur de la ciudad como Kennedy, Bosa, Ciudad Bolívar y Puente Aranda. Sus frutos, redondos, carnosos y de color rosado oscuro, le sirven de alimento a las aves.

La belleza biodiversa de los falsos pimientos bogotanos ha palidecido desde hace varios años. El grupo de sanidad vegetal del Jardín Botánico de Bogotá (JBB) lo tiene catalogado como una de las especies más apetecidas por plagas y enfermedades.

“Hemos identificado principalmente tres insectos en estos árboles Monalonion velezangeli, Calophya schini y Saissetia coffeae, los cuales marchitan sus hojas y causan afectaciones en sus ramas, tronco y tejidos”, dijo Marcela Albornoz, bióloga del JBB.

En lo corrido de este año, la entidad le ha hecho Manejo Integral de Plagas y Enfermedades (MIPE) a 10.133 falsos pimientos que se han visto afectados por estos insectos, es decir al 42,6 % del total que hay en la ciudad.

El gran verdugo

Monalonion velezangeli, un insecto de color rojo, cuerpo alagado y más conocido como chinche de la chamusquina del café, es la plaga que más afecta a los falsos pimientos que hay en la capital.

Es el principal causante de que las hojas y ramas de estos árboles luzcan marchitas o con coloraciones cafés, un aspecto lúgubre que a simple vista pareciera que fue víctima del impacto de un rayo.

“Estos insectos marchitan las hojas de los falsos pimientos y toman un color marrón. En sus ramas empiezan a aparecer manchas que indican la pudrición del tejido”, aseguró Albornoz.

Lo que más sorprende de Monalonion velezangeli es que es un insecto foráneo, es decir que no es nativo de Bogotá. Es un insecto asociado a los cafetales y cultivos de aguacate de zonas de clima templado como las del Eje Cafetero.

“Fue reportado desde la década de los 90 en las plantaciones de café de estos lugares y luego comenzó a afectar los cultivos de aguacate. En Bogotá lo registramos por primera vez en el año 2016”, indicó la experta.

Corroborar la presencia de Monalonion velezangeli en varios de los falsos pimientos de la capital fue fruto de una extensa y ardua investigación liderada por Albornoz y Gustavo Ardila, profesionales del JBB.

Todo empezó en el primer semestre de 2016, cuando los expertos evidenciaron que los falsos pimientos de la calle 116 con carrera 9, en la localidad de Usaquén, tenían ramas y hojas marrones, marchitas y con pudrición.

Primero pensaron que se trataba de un hongo, pero al constatar que otros falsos pimientos en varias zonas de Usaquén tenían el mismo aspecto, se realizaron monitoreos y esta hipótesis llegó a su fin.

En el segundo semestre del mismo año, los expertos capturaron varios insectos en los árboles e iniciaron una investigación bibliográfica. El veredicto los dejó perplejos: era Monalonion velezangeli, especie de chinche que afecta al café y aguacate de zonas cálidas y templadas.

Los insectos y ramas de los falsos pimientos fueron enviadas a varios laboratorios para ser estudiadas. Las muestras confirmaron que era el insecto foráneo de color rojo.

Medicina arbórea

Luego del histórico hallazgo, el Jardín Botánico dio marcha a una nueva investigación para establecer los tratamientos que debían realizarles a los falsos pimientos afectados por este insecto recién llegado de zonas cálidas.

El Manejo Integrado de Plagas y Enfermedades (MIPE) que la entidad le hace a los árboles enfermos de Bogotá incluye varias actividades, como aspersión foliar, endoterapia, lavado con presión regulada y poda sanitaria.

“En el caso de los falsos pimientos, las actividades que más realizamos son la aspersión foliar, una liberación o aplicación de una mezcla fitosanitaria a través de microgotas o nebulización; y la poda sanitaria de las ramas afectadas”, afirma Albornoz.

En los seis años que lleva atendiendo miles de falsos pimientos afectados en Bogotá, la bióloga evidenció que luego del daño producido por Monalonion velezangeli en las ramas y hojas aparece un hongo.

“Es un hongo saprófito que se aprovecha de los tejidos que están en descomposición para alimentarse, otra plaga que genera más daño. Por eso, hay que hacer podas sanitarias drásticas y manejos sanitarios demorados y de manera recurrente”.

En los falsos pimientos de la zona norte y oriental de Bogotá, los cuales son los más afectados por Monalonion velezangeli, el JBB realiza hasta cuatro ciclos de tratamiento al año para detener el avance de la plaga.

“La chinche de la chamusquina del café es una de las plagas más dañinas en los falsos pimientos porque afectan demasiado sus tejidos. Por eso, el manejo que hacemos es bastante dispendioso”.

Los falsos pimientos también reciben endoterapia, una técnica que consiste en instalar dispositivos alrededor del tronco de los árboles con un tratamiento previamente preparado.

“En la endoterapia todo va por vía interna y es muy eficiente y rápida; en algunas especies como el falso pimiento, se pueden ver los resultados a corto tiempo”.

Prueba del cambio climático

Monalonion velezangeli logró adaptarse a las condiciones climáticas y ambientales de Bogotá, algo que para Albornoz es una prueba fehaciente e irrefutable de los coletazos del cambio climático.

“Este insecto tiene una capacidad adaptativa impresionante a las condiciones medioambientales de la ciudad y conseguir nuevos hospederos. Además del falso pimiento la hemos reportado en robles australianos, guayacán de Manizales y fucsia arbustiva”.

De acuerdo a investigaciones realizadas de la biología del insecto en aguacate su ciclo reproductivo es en promedio de 63 días. “Por eso tiene varias generaciones al año, lo que nos exige hacer tratamientos bastante continuos”.

La llegada a Bogotá de este insecto con un tamaño en edad adulta de 12 milímetros es aún todo un misterio. Según Albornoz, pudo deberse a la plantación por parte de ciudadanos de plántulas de aguacate o café provenientes de zonas templadas sin ningún tipo de inspección sanitaria previa.

“Su presencia también es una prueba del incremento de la temperatura en la capital. Monalonion velezangeli es una plaga agresiva y una muestra certera del cambio climático”.

Este insecto se ha adaptado con tal facilidad que afecta a los falsos pimientos en todos sus estados o fases. Como es succionador se alimenta de la savia y debido a las toxinas que inocula al alimentarse afecta sus ramas y hojas.

Cuando es adulto succiona y deposita múltiples huevos en el árbol que tienen una alta propagación. “Por eso, Monalonion velezangeli está catalogada como una de las principales plagas en la ciudad”.

¿Por qué afecta más en ciertas zonas?

No todos los más de 23.700 falsos pimientos que hay en Bogotá se ven afectados por plagas como el dañino chinche de la chamusquina del café. Los expertos han evidenciado que su accionar es más nefasto en ciertas zonas.

“Los árboles de esta especie con mayores afectaciones están ubicados en zonas de las localidades del norte y oriente de la capital. Todo lo contrario, ocurre en territorios del sur”, afirmó Adriana Ramos, ingeniera forestal del JBB.

¿A qué se debe esa preferencia? Según Ramos, todo se debe a las condiciones microclimáticas de la capital. “El sur de Bogotá cuenta con un clima más seco y poco húmedo, por lo cual los falsos pimientos están en mejores condiciones”.

Los tratamientos a falsos pimientos del JBB este año evidencian que las afectaciones varían dependiendo de la zona. Por ejemplo, en Teusaquillo y Suba se han atendido 1.067 y 1.015 falsos pimientos respectivamente, mientras que en Ciudad Bolívar la cifra llega a 400.

“A los falsos pimientos también les hacemos una fertilización foliar, técnica que, al igual que la aspersión, es una liberación de nutrientes a través de microgotas que cubren toda la copa del árbol”, puntualizó Ramos.

Los daños que causa la chinche M. velezangeli pueden llevar a la muerte de los árboles de falso pimiento si no es tratado a tiempo.

“Comienza con un marchitamiento de las partes terminales de las ramas y termina secando completamente el árbol. De ahí la importancia del diagnóstico temprano para un control adecuado y recuperar la vitalidad de los árboles”.