Primeras pinceladas para consolidar el bosque urbano de La Esmeralda
Este emblemático barrio de la localidad de Teusaquillo contará con uno de los 21 bosques urbanos que contempló el actual Plan de Ordenamiento Territorial (POT).
La comunidad del sector ha participado en varias jornadas de trabajo con el Distrito para definir las futuras intervenciones ambientales que requiere la zona.
Arbolado, jardinería y agricultura urbana serán parte del bosque urbano de La Esmeralda. Nueva crónica #BogotáReverdece.
En 1964 comenzó a gestarse la construcción de uno de los barrios más tradicionales y verdes de Bogotá, un sector ubicado en la localidad de Teusaquillo y comprendido entre las calles 63 y 26 y las carreras 60 y 68.
El proyecto urbanístico, gestionado por la Alianza para el Progreso de John F. Kennedy y financiado por el Instituto de Crédito Territorial, al comienzo fue llamado “Urbanización Urapanes” y estuvo pensado para los estudiantes de la Universidad Nacional.
Luego, debido a que el trazado y formas de sus vías se asemejaban a una esmeralda, su nombre cambió a “Urbanización la Esmeralda”. Las casas coloniales enladrilladas de dos pisos y con amplios antejardines fueron habitadas por familias de clase media.
Caminar por sus calles más bien solitarias es respirar un aire más puro. El verde de los árboles marca la parada en La Esmeralda, un barrio que cuenta con cuatro parques que son defendidos por sus habitantes.
Desde su creación, varios de los ciudadanos evidenciaron que este sector de 45,5 hectáreas debía tener una vocación ecológica y ambiental. Por eso, se propusieron como meta convertirlo en un ecobarrio.
“El ecobarrio es un modelo de ocupación ecosostenible donde se compensan recursos que contribuyan a disminuir y reducir la emisión de gases de efecto invernadero que causa el cambio climático”, cita un documento creado por la comunidad de La Esmeralda.
Una de las joyas ambientales del barrio es el parque La Esmeralda, un amplio rectángulo verde con especies arbóreas como sauco, palma payanes, acacia, chicalá rosado, borrachero blanco y palma de cera.
En este lugar está ubicado el Jardín Utópico, un proyecto comunitario liderado desde hace 12 años por el lingüista Francisco Súarez, habitante del barrio, que mezcla la agricultura urbana, la educación ambiental, el reciclaje y la cultura.
La comunidad le ha dado vida a varias huertas urbanas y jardines y realiza actividades de reciclaje con botellas, cartón, papel, plástico, tapas y elementos tecnológicos en desuso. También aprovechan los desechos biodegradables en la elaboración de compostaje.
Algunos habitantes han instalado en sus casas sistemas de recolección y almacenamiento de agua lluvia, huertas, lombricultivos caseros, paneles solares y techos verdes.
Tejiendo el bosque urbano
El actual Plan de Ordenamiento Territorial (POT) contempló la consolidación de 21 bosques urbanos, una estrategia de manejo silvicultural liderada por el Jardín Botánico de Bogotá (JBB) y la Secretaría Distrital de Ambiente (SDA) que cuentan con la participación de la ciudadanía.
La Esmeralda está dentro del listado del POT y fue uno de los bosques urbanos priorizado por ambas entidades para ser consolidado este año, junto al Park Way, Santa Helena, Brazo Salitre, Arborizadora Alta y San Carlos.
Varios miembros de la comunidad del ecobarrio han participado en dos jornadas de trabajo con entidades como el JBB, SDA, Instituto Distrital de Recreación y Deporte (IDRD), Alcaldía Local de Teusaquillo e Instituto Distrital de Protección y bienestar Animal (IDPYBA).
En la primera reunión, realizada en el Jardín Botánico, Germán Darío Álvarez, subdirector técnico operativo, les informó que el bosque urbano será una cobertura vegetal multiestrato y multiespecie que actuará como conector ecológico y ayudará a mitigar el cambio climático.
“Además de mejorar y aumentar la oferta de los servicios ecosistémicos y la conectividad ecológica de la ciudad, los bosques urbanos promoverán la gobernanza y participación ciudadana y la apropiación ambiental”.
Los ciudadanos realizaron un recorrido por varias de las colecciones vivas del JBB y expresaron cómo sueñan el futuro bosque urbano de La Esmeralda. “Las huertas, el arbolado y la jardinería deben ser parte de esta estrategia”.
Álvarez resaltó el trabajo ambiental liderado por la comunidad del sector y aseguró que un bosque urbano busca fortalecer todas las coberturas vegetales. “El de La Esmeralda va a incluir los proyectos de agricultura urbana comunitarios, la jardinería y el arbolado”.
El segundo encuentro, liderado por profesionales de la Secretaría de Ambiente y el JBB, se llevó a cabo en la Junta de Acción Comunal del barrio. En este espacio, la ciudadanía aclaró varias de las dudas que tenían sobre el manejo silvicultural.
También aprendieron cuáles son los principales mitos y realidades de los bosques urbanos y se definió un plan de trabajo para iniciar con las jornadas de cocreación en La Esmeralda.
“Vamos a hacer el mapeo de actores y una cartografía participativa donde quedarán definidos los polígonos que se van a intervenir, las especies arbóreas a plantar y las coberturas vegetales que se van a fortalecer”, dijo Yenny Rosas, profesional social del JBB.
Según Rosas, las cocreaciones son fundamentales para la consolidación de los bosques urbanos. “Es un ejercicio bonito porque la comunidad nos ayuda a tejer el bosque urbano. Los habitantes de La Esmeralda están muy entusiasmados con el inicio de esta estrategia de manejo silvultural participativa”.