La jardinera de Suba que volvió a la vida con más de 13.000 plantas

Avenida Boyacá con calle 153

La pandemia del coronavirus causó estragos en la jardinera de la Avenida Boyacá con calle 153, un sitio de 1.400 metros cuadrados del barrio Colina Campestre.

Debido a las restricciones y el confinamiento, el Distrito no pudo realizar el mantenimiento y el jardín en forma de media luna quedó cubierto por el pasto kikuyo.

Durante casi tres meses de este año, más de 20 ingenieros y operarios del Jardín Botánico de Bogotá (JBB) trabajaron para recuperar la zona.

Esta jardinera de la localidad de Suba renació con un llamativo diseño y más de 13.000 plantas de 14 especies. Nueva crónica #BogotáReverdece.

Avenida Boyacá con calle 153
Avenida Boyacá con calle 153

La Avenida Boyacá o carrera 72 nunca permanece desocupada. Por sus 36 kilómetros de longitud, un tramo que conecta el sur con el norte de la ciudad, transitan toda clase de vehículos durante todo el día, tarde y noche.

En su paso por la calle 153, también conocida como Avenida La Sirena, las flotas que se dirigen hacia los municipios de la sabana de Bogotá y los departamentos del norte del país, son el común denominador.

El movimiento en este sector de Colina Campestre, un barrio de la localidad de Suba, comienza en la penumbra de la madrugada, cuando las flotas se mezclan con los vehículos del transporte público y los carros particulares.

Las dos ciclorrutas ubicadas en los andenes de la Avenida Boyacá reciben a miles de ciclistas, mientras que tres vendedores ambulantes montan sus puestos en las esquinas para vender tintos, empanadas, aromáticas y mecato.

Los habitantes de los 10 conjuntos que hay alrededor, edificaciones modernas con más de 16 pisos, salen de sus hogares para empezar con la rutina diaria. Unos se dirigen hacia sus sitios de trabajo, otros hacen ejercicio y algunos sacan a pasear a sus mascotas.

La zona verde de la oreja de la Avenida Boyacá con calle 153 es uno de los lugares más visitados por los dueños de perros, un área con 30 arbustos y 16 cerezos de gran porte en donde los canes corren, brincan y se ejercitan durante todo el día.

En 2016, la Alcaldía Local de Suba reverdeció la zona con una jardinera de 1.486 metros cuadrados, donde se plantaron más de 18.000 plantas de dos especies: 11.000 claveles chinos y 6.950 limonium.

Esperanza González, que lleva una década vendiendo tintos y golosinas en la zona, asegura que esta jardinera le inyectó vida al sector. “Quedó muy bonita. La mezcla de los colores de las dos especies era apreciada por todos los habitantes y trabajadores. Fue un trabajo muy bonito”.

Secuelas de la pandemia

La Alcaldía de Suba le entregó la jardinera al Jardín Botánico de Bogotá (JBB) para que mantuviera sus plantas hermosas y rozagantes, a través de actividades como el deshierbe, riego y replante.

Durante cuatro años, el JBB logró mantener viva esta jardinera de la localidad de Suba. Todo cambió en marzo de 2020, cuando el coronavirus llegó a Colombia y se decretó el aislamiento preventivo obligatorio a nivel nacional.

“Debido a las restricciones decretadas por la pandemia, nuestros operarios e ingenieros no pudieron realizar el mantenimiento y la jardinera sufrió bastante. El pasto kikuyo la cubrió y las plantas desaparecieron”, aseguró Jorge Rodríguez, profesional de la línea de jardinería.

Avenida Boyacá con calle 153
Avenida Boyacá con calle 153

Los 18.000 claveles chinos y limonium se ahogaron por la proliferación del kikuyo y la jardinera prácticamente llegó a su fin. Esperanza recuerda que la desaparición del jardín le apachurró el corazón.

“Cuando pude volver a trabajar lo primero que vi fue que la jardinera en forma de media luna ya no estaba presente y todas las plantas murieron por esa cantidad enorme de pasto. Menos mal no le arrojaron basura”.

Los perros de los habitantes de los conjuntos residenciales eran los únicos que recorrían la glorieta de la Avenida Boyacá con calle 153. “Nadie más ingresaba al sitio donde antes estaba la jardinera debido a la selva de pasto”, mencionó Esperanza.

Avenida Boyacá con calle 153
Avenida Boyacá con calle 153

Renace la jardinera

A finales de julio de este año, el Jardín Botánico decidió revivir esta antigua jardinera de la localidad de Suba. Sin embargo, su nuevo rostro no tendría únicamente dos especies de plantas ni un diseño tradicional.

“Nuestro objetivo era darle una mayor diversidad de plantas a esta jardinera. Por eso tomamos la decisión de rediseñar todo el proyecto, un trabajo liderado por Nicolás del Campo, y construirlo con 14 especies, un perfil descendente en forma transversal y tres secciones”, dijo Rodríguez.

Los 1.486 metros cuadrados de la jardinera contarían con más de 13.000 plantas de especies como ajo de rico, achira, suculentas (repollas, colarilitos y escarchas), plumbago, hierba de elefante, azulina, globito, vinca variegada, siete cuero mexicano y pasto festuca azul.

Según el ingeniero del JBB, el reto de revivir la jardinera era grande. “Es un proyecto de alta dificultad porque es en curva. Tiene una geometría muy particular y de alta variabilidad, por lo cual cada trazo y figura requirió de un análisis profundo y práctico para hacer los cálculos”.

Las primeras dificultades que presentó el proyecto fue el retiro del pasto kikuyo, un trabajo que estuvo a cargo de Óscar Castiblanco, ingeniero agrónomo del área de jardinería del JBB, y los nueve operarios de su equipo.

“El terreno estaba muy duro, con muchos escombros e invadido de kikuyo. Para profundizar el terreno 30 centímetros y eliminar todo el sistema radicular del pasto, nos tocó utilizar una máquina llamada dingo”.

Quitar el kikuyo fue bastante dispendioso, por lo cual Castiblanco debió ampliar su equipo de trabajo a 28 operarios. “Nos demoramos cerca de dos meses en esta actividad vital para las nuevas plantas, ya que el retiro del kikuyo permitirá que tengan una menor competencia”.

Trabajo mancomunado

Esta jardinera del barrio Colina Campestre requería del conocimiento, experiencia y aportes de todo el equipo de jardinería de la entidad, conformado por siete ingenieros y más de 20 operarios que trabajan en toda la ciudad.

Elizabeth Herrera, coordinadora del grupo de arbolado joven del JBB, convocó a los ingenieros Jorge Rodríguez, Édgar Bernal, Manuel Morales, Sting Ávila y Laura Posada para que apoyaran a Óscar Castiblanco en este proyecto.

“Debido a las condiciones del terreno y el diseño propuesto para la nueva jardinera, era necesaria la participación de todo el grupo de jardinería. Luego del retiro del kikuyo y el descargue de la tierra abonada, el paso a seguir fue aplicar el diseño propuesto”.

Avenida Boyacá con calle 153
Avenida Boyacá con calle 153

Como Jorge Rodríguez ha logrado sacar a flote varias jardineras en zonas críticas del centro de la ciudad, como en Paloquemao, el Voto Nacional y la Plaza España, fue escogido como líder del proyecto.

“Traje a varios de los operarios de mi equipo, como Mislady Gutiérrez, Diego Sánchez, Astrid Mora, Flor Morales y Eucaris Altamar, excelentes trabajadores con bastante experiencia en los proyectos que hemos hecho en el centro”.

Desde mediados de septiembre, Rodríguez, con apoyo de los demás ingenieros del grupo de jardinería, lideró a los 28 operarios del JBB para aplicar lo que decían los planos de la jardinera en la zona.

“En el camino fuimos ajustando el diseño debido a las condiciones del terreno. Esta jardinera cuenta con tres áreas: dos con líneas largas por secciones y una en la mitad donde está la mayor parte de la riqueza estética del diseño”.

Durante más de un mes, los ingenieros y operarios trazaron la forma del diseño en los 1.486 metros cuadrados de la jardinera, un trabajo minucioso y matemático que consistió en atar cuerdas a palos pequeños para darle forma a las líneas.

“Lo más difícil fue la sección del medio, donde hicimos varias jardineras redondas. Tuvimos que capacitar a los operativos, volver a dibujar las figuras y rehacer poco a poco el diseño”, afirmó Rodríguez.

En esta sección de la jardinera, la Alcaldía de Suba había plantado varios árboles, individuos arbóreos que fueron incluídos en el diseño. “Respetamos la distribución de estos árboles y los incluímos en la jardinera; estas especies generan un ambiente muy interesante”.

Édgar Bernal, ingeniero que coordina varios proyectos de jardinería en Suba, Fontibón y Usaquén, manifestó que esta jardinera del barrio Colina Campestre cuenta con uno de los diseños más llamativos en la capital.

“El diseño original cambió porque decidimos que en la siembra lineal se iba a tener en cuenta la densidad por especie y no la distancia de las plantas. Vinculamos los tres portes de coberturas, alto, medio y bajo, para conformar una jardinera tipo cascada”.

Las plantas de gran porte van primero para que sirvan como un tipo de barrera que proteja a las demás coberturas. “Debido a la diversidad de especies, el tamaño de la excavación en el suelo dependió de la altura y porte de las plantas”.

Según Bernal, en toda jardinera se debe utilizar tierra orgánica negra y arcillosa, ya que esta última no sirve porque obstaculiza el crecimiento de las plantas.

“Siempre es necesario mezclar la tierra orgánica con cascarilla cruda de arroz para que se activen los microorganismos del suelo y así las plantas puedan captar los micronutrientes”.

Avenida Boyacá con calle 153
Avenida Boyacá con calle 153

Un nuevo rostro

Luego de aproximadamente tres meses de arduo trabajo, los cuales estuvieron pasados tanto por fuertes aguaceros como por altas temperaturas, el Jardín Botánico culminó actividades en este sitio de la Avenida Boyacá con calle 153.

El nuevo rostro de esta jardinera es una explosión de colores y formas de las más de 13.000 plantas. Las dos secciones laterales cuentan con un diseño lineal y secciones exclusivas para cada una de las 14 especies.

La del medio es su mayor atractivo. En esta zona se elaboraron 25 círculos con repollas, colarilitos y escarchas, suculentas que evocan los cultivos que hacían los muiscas en las tierras de la sabana de Bogotá.

Los 21 árboles que fueron plantados por la Alcaldía Local de Suba hacen parte de este tramo. La mayoría de ellos, de especies como pajaritos, están intercalados con los círculos reverdecidos y repletos de suculentas.

Para evitar que los perros que juegan en la zona verde de la oreja hagan estragos en la jardinera, los profesionales del JBB construyeron un jarillón con el cespedón que fue retirado en la primera fase del proyecto.

“Definitivamente, esta jardinera de la localidad de Suba ha sido uno de los restos más grandes en mi vida laboral. Estoy muy satisfecho por el arduo trabajo que hicimos con los ingenieros y operarios, el cual arrojó como resultado un sitio diverso, geométrico y lleno de color”, indicó Rodríguez.

El equipo social de la Subdirección Técnica Operativa del JBB inició un trabajo con los administradores de los conjuntos residenciales que rodean la jardinera. El objetivo es que los habitantes ayuden a cuidar y conservar el lugar.

“La apropiación y cuidado de los habitantes del sector son vitales para el futuro de la jardinera. Este es un espacio para el disfrute de la comunidad, por lo cual su tarea es ayudarnos a cuidarla para que se mantenga con vida”, puntualizó Castiblanco.