La alameda verde del barrio El Tintal

63 árboles y arbustos de especies como roble, cajeto, caballero de la noche y tibar, reverdecieron la alameda Santa Fe, un sitio ubicado en el barrio El Tintal.
El material vegetal fue plantado en el parque vecinal Luis Otero de Francisco con ayuda de la comunidad y varios estudiantes del SENA.
El objetivo de estas plantaciones en la localidad de Kennedy es generar corredores biológicos que se conecten con ecosistemas como el humedal El Burro. Nueva crónica #BogotáReverdece.
Olga Medina vive desde hace 20 años en Prados de Castilla, un conjunto residencial de apartamentos del barrio El Tintal. Desde que llegó a este sector de la localidad de Kennedy, lo que más le gustó fue su espeso color verde.
“Me enamoré profundamente de los árboles de diversas formas y tamaños que engalanan las zonas aledañas a la calle 6D, un sitio donde luego se construyó la alameda Santa Fe. Mis árboles favoritos son los cerezos porque le brindan alimento a las aves”.
Desde que se pensionó como administradora y contadora, Olga destina las primeras horas de la mañana para dar largas caminatas por la alameda. Su lugar preferido es el parque vecinal Luis Otero de Francisco, conformado por senderos, canchas deportivas y juegos para niños.
“Siempre voy acompañada por Mailo y Luki, mis dos perros. No me canso de decir que vivo en medio de un paraíso porque este sector de El Tintal cuenta con muchos árboles que ayudan a disminuir la contaminación de los vehículos”.
Sin embargo, en sus horas de ejercicio matutino, esta madre de dos hijos evidenció que el parque y la alameda podrían tener muchos más árboles. “Son zonas con mucha área verde. Por eso soñaba con verlos con más árboles y arbustos de varias especies”.
Hace pocos días, Olga recibió un mensaje de WhatsApp en su celular que le aceleró el corazón. En el grupo del conjunto residencial donde vive, el administrador invitaba a la comunidad a una jornada de plantación en el parque Luis Otero de Francisco.
“Me puse muy contenta y les conté a mis hijos. Mi felicidad fue mayor al ver que la actividad la lideraría el Jardín Botánico de Bogotá (JBB), una entidad muy hermosa que se encarga de reverdecer la ciudad”.
Plantación comunitaria
Durante toda una semana, Olga vio a siete operarios del JBB, liderados por el ingeniero Diego Bohórquez, alistando el terreno del parque para plantar 63 árboles y arbustos de especies como roble, cajeto, polígala, caballero de la noche, feijoa y tibar.
“Yo pensaba que plantar un árbol era tarea fácil. Pero para abrir un solo hueco se demoraron varias horas porque el parque fue construído sobre escombros. El trabajo de los operarios es sumamente pesado”.
El martes 30 de mayo fue la fecha escogida por el Jardín Botánico para hacer la plantación. La cita era a las 11 de la mañana, pero Olga prefirió llegar antes. No quería perderse ninguno de los detalles de la actividad ambiental.
“Nunca había tenido la oportunidad de plantar árboles. Por eso quería conversar antes con los expertos para que me contaran cómo se hacía y me dijeran cuál árbol podía plantar. Anhelaba una especie de porte alto”.
Bohórquez conversó durante varios minutos con la ciudadana y le recomendó plantar un roble, un árbol que alcanza una altura de hasta 25 metros. “El ingeniero me contó que el roble da unas bellotas hermosas”.
Varios estudiantes del Servicio Nacional de Aprendizaje (SENA) y otros habitantes del sector también llegaron al parque para participar en la actividad. Bohórquez los organizó en círculo para que conocieran los detalles de la plantación.
“El primer paso es mirar si el tamaño del hueco es el apropiado para el árbol. Luego vamos a aplicar un hidroretenedor en el hoyo, el cual le brindará la humedad necesaria, y retiramos la bolsa que contiene el pan de tierra”.
Olga quedó sorprendida con los nuevos conocimientos. “También aprendí que luego de echar la tierra negra en el hueco tenemos que pisarla para que no haya aire. El paso final fue introducir un tutor de madera y amarrarle una cabuya al tronco del árbol; esto le dará estabilidad”.
Corredor biológico
Luego de la charla técnica, los futuros plantadores se dirigieron hacia los 63 huecos acompañados por los operarios e ingenieros del JBB. Como se lo recomendaron, el primer árbol que plantó Olga fue un roble.
“Pero yo quería seguir plantando. El ingeniero Diego aceptó mi propuesta y en total ayudé a plantar cinco: dos robles, dos polígalas y un caballero de la noche. Este último huele delicioso bajo la luz de la luna”.
El parque vecinal Luis Otero de Francisco y la alameda Santa Fe, sitios cercanos al canal Castilla, el colegio Gimnasio Moderno San Francisco de El Tintal y una ciclorruta, reverdecieron con los 63 nuevos árboles y arbustos.
“Cada vez que salga a caminar por la alameda voy a decirles palabras de amor a estos hermosos árboles. En época de verano voy a traerles agua para que crezcan hermosos y engalanen aún más este lindo sector de la localidad de Kennedy”.
Al terminar la jornada, Bohórquez volvió a reunir a la ciudadanía y los estudiantes del SENA para informarles que estos árboles y arbustos conformarán un corredor que se conectará con varios ecosistemas estratégicos del sur de la ciudad.
“Los nuevos individuos arbóreos de esta alameda se convertirán en un corredor biológico y de polinizadores que se van a conectar con el humedal El Burro, el canal Cundinamarca y el río Bogotá”.
Esta información le aceleró más el corazón a Olga. “Vamos a tener más polinizadores en el barrio, como aves, abejas y mariposas. Además, estos nuevos árboles nos van a permitir respirar un mejor aire”.