Historias del verde urbano: ¡Así se vivió el festival de los magnolios en el bosque urbano de La Esmeralda!

El Jardín Botánico celebró el Día Internacional de la Madre Tierra en este tesoro verde de la localidad de Teusaquillo.

Las actividades pedagógicas, técnicas y científicas giraron en torno a los cuatro magnolios endémicos que fueron plantados en una zona del bosque urbano.

El festival del magnolio contó con la participación de más de 50 ciudadanos y expertos comunitarios de varias localidades de la ciudad.

Hace un año, el bosque urbano de La Esmeralda, un barrio de Bogotá con una de las comunidades ambientales más consolidadas y que aplica a la perfección las tres R, reducir, reutilizar y reciclar, hizo historia en la ciudad.

El Jardín Botánico de Bogotá (JBB) escogió a este pulmón verde de la localidad de Teusaquillo para plantar por primera vez magnolios endémicos de Colombia en una zona urbana del espacio público de la ciudad.

Cuatro magnolios de tres especies, Magnolia georgii, Magnolia caricifragrans y Magnolia cespedesii, fueron plantados al frente de la parroquia Cristo Resucitado y en un área que colinda con la sede de la Junta de Acción Comunal (JAC) de La Esmeralda.

Estos tesoros que solo habitan en el territorio nacional, fueron propagados por investigadores de la Subdirección Científica del Jardín Botánico. Estuvieron varios años en el túnel de propagación de la entidad hasta que alcanzaron un tamaño adecuado para ser plantados.

Javier Quintana, líder ambiental de La Esmeralda que reutiliza el agua lluvia en su vivienda, plantó uno de los magnolios (Magnolia cespedesii) en la zona verde del templo religioso en compañía de su mamá y varios familiares.

“Quisimos plantar este hermoso magnolio en homenaje a mi padre, quien hace poco falleció. En el tutor de madera que le dará estabilidad durante los próximos años, escribimos la frase: con amor para Alberto”, dijo Javier el día de la actividad.

Los cuatro icónicos magnolios fueron cercados por la red de cuidadores del bosque urbano de La Esmeralda, mecanismo que les ha permitido desarrollarse. El Jardín Botánico les hizo un tratamiento fitosanitario cuando se vieron afectados por una plaga.

Según Yenny Rosas, profesional de la Subdirección Educativa y Cultura del JBB que lideró el proceso de cocración para fortalecer las coberturas vegetales de bosque, la entidad y la comunidad se encargan de monitorear los magnolios.

“Estamos trabajando en un proyecto piloto de investigación para monitorear cómo se comportan estos individuos en el espacio público. Nuestro objetivo es aprender más sobre estas especies amenazadas y tomar decisiones a futuro sobre el diseño”.

¡Festival verde!

Para conmemorar el Día Internacional de la Madre Tierra y el año de la plantación de los cuatro magnolios, Rosas organizó una serie de actividades lúdicas, técnicas y científicas en el bosque urbano de La Esmeralda.

“Nombramos el evento como el festival de los magnolios porque todos los eventos iban a girar en torno a estas especies endémicas que hay en La Esmeralda. La red de cuidadores del bosque urbano nos ayudó bastante con la organización”.

El festival, realizado el martes 22 de abril, empezó cuando el Sol apenas salía por el oriente. A las seis de la mañana, decenas de ciudadanos participaron en un avistamiento de aves que estuvo a cargo de la Secretaría de Ambiente.

La jornada continuó a las nueve de la mañana en uno de los  parques de proximidad de la zona. Profesionales del Jardín Botánico realizaron charlas de sensibilización sobre el Día de la Tierra y socializaron cómo fue el proceso de este bosque urbano.

“Hablamos sobre el proyecto histórico de los cuatro magnolios endémicos y el fortalecimiento de las coberturas vegetales que hemos realizado en La Esmeralda, bosque urbano que alberga más de 2.400 árboles y varias jardineras y huertas urbanas comunitarias”, precisó Rosas.

Luego, el JBB y la red de cuidadores lideraron una jornada de identificación de especies vegetales en el parque Urapanes, actividad que siguió con la visita a los cuatro magnolios endémicos que lucen cada vez más vigorosos.

Paralelo a estas actividades pedagógicas, Lizeth Gómez, ingeniera de la Subdirección Técnica Operativa del JBB, hizo el replante de 13 árboles y arbustos en varios andenes y separadores de la avenida La Esmeralda y la calle 44.

“Hicimos replantes porque los 13 individuos que fueron plantados el año pasado, no lograron desarrollarse adecuadamente debido a factores antrópicos y ambientales como el orín de las mascotas o la fuerte temporada de sequía”.

Varios de los guardianes del bosque urbano de La Esmeralda ayudaron a plantar los nuevos tesoros verdes, de especies como rama negra, chicalá rosado, ocobo, mano de oso, nogal, siete cueros, abutilón, fucsia arbustiva, alcaparro doble y hayuelo.

La jornada de la mañana del festival de los magnolios terminó con una terapia de naturaleza en los alrededores del salón comunal de la JAL. “Los ciudadanos se conectaron con los árboles y los sonidos de la naturaleza”, apuntó Rosas.

Tertulia técnica, educativa y científica

La tarde fue destinada para el foro “Bosques urbanos para la conservación”, un encuentro técnico, educativo y científico organizado por el JBB y la comunidad de cuidadores de este bosque.

Más de 30 personas, entre residentes de la zona, líderes ambientales de los bosques urbanos de La Esmeralda, Parkway y Ciudad Montes y profesionales y operarios del Jardín Botánico, llegaron al salón comunal para escuchar las ponencias.

La primera fue la de Jorge Sánchez, habitante del sector que fue subdirector técnico del JBB hace varios años, relacionada con la gestión comunitaria para la sustentabilidad del ecobarrio La Esmeralda.

El ingeniero químico habló sobre la triple crisis ambiental, social, y ética, algunos criterios de la sustentabilidad, la gestión del territorio por parte de la comunidad y los avances que necesita el ecobarrio para su fortalecimiento.

“Es de suma importancia producir para vivir y no vivir para producir. Toda vida, sin importar su procedencia, es sagrada; debemos aprender a convivir con la naturaleza con una libertad para crear y no para destruir”.

Mauricio Bernal, biólogo de la Subdirección Científica del JBB que se encargó de propagar los cuatro magnolios endémicos que alberga el bosque urbano de La Esmeralda, presentó varias cifras sobre estos representantes de la flora nacional.

“En el mundo hay 363 especies de magnolios distribuidas en Asia y América, 41 de las cuales están en los bosques de niebla de Colombia. Son poblaciones pequeñas en zonas restringidas y de bajo reclutamiento”.

El biólogo presentó una investigación que realiza el JBB sobre la recuperación de poblaciones de siete especies de magnolios endémicos en los departamentos de Boyacá, Cundinamarca, Santander y Tolima.

“Este proyecto busca recuperar las poblaciones mediante la propagación, reintroducción, aumento de capacidades locales y sensibilización. Contamos con tres años para hacer todos estos procesos”.

Bernal, que en su trabajo cuenta con el apoyo de Gustavo Morales, una de las eminencias botánicas del JBB, aseguró que la entidad alberga 22 especies de magnolios distribuidos en varias zonas.

“Solo tres son introducidas, es decir que habitan en otros países. Tres de las especies endémicas que tenemos en el JBB fueron las que nos permitieron propagar los cuatro magnolios que ahora crecen en el bosque urbano de La Esmeralda”.

Aportes del Distrito y reconocimientos

“Bosques urbanos: más que árboles”, ponencia presentada por Germán Darío Álvarez, subdirector técnico operativo del Jardín Botánico, puso a volar la imaginación de los asistentes a través de varias fotografías que plasman la conformación de algunas coberturas en la ciudad.

“Los bosques urbanos son una estrategia que pasa de la visión a la acción. En este viaje a través de imágenes podemos ver cómo se convierten en rutas de conexión a través de la consolidación de espacios de encuentro y una construcción colectiva”.

Luego de presentar varias fotografías antiguas de los árboles presentes en el Parkway, La Esmeralda y corredores viales como la carrera 30 y calle 26, Álvarez resaltó que estos bosques son un punto de partida que inicia la comunidad.

“Son procesos de construcción de largo aliento que mezclan las especies nativas y exóticas. Su consolidación va mucho más allá de los árboles: incluye toda forma de vida natural, como es el caso del suelo y la materia orgánica”.

Tania Rodríguez, subdirectora educativa y cultural del JBB, presentó la estrategia de construcción social y de participación en el territorio que la entidad lidera en los bosques urbanos de la ciudad.

“El JBB está presente en los territorios para materializar la participación ciudadana. La constitución de procesos es la columna vertebral de nuestra estrategia educativa en estas zonas ambientales”.

La licenciada habló sobre las diferentes fases de la consolidación de los bosques, como diagnóstico, formulación participativa y evaluación, y el proceso de madurez comunitaria que se ha logrado en el Parkway, La Esmeralda y Ciudad Montes.

María Claudia García, directora del Jardín Botánico se encargó de cerrar el foro de bosques urbanos con unas palabras que destacaron todo el trabajo ambiental y comunitario adelantado por la red de cuidadores de La Esmeralda.

“Sus experiencias nos sirven de ejemplo para fortalecer los cinco bosques que consolidaremos durante esta administración. Sus conocimientos, amor por la naturaleza y trabajo comunitario son de admirar”.

El festival de los magnolios de La Esmeralda terminó con un reconocimiento por parte de la red de cuidadores a los operarios del Jardín Botánico que participaron en la plantación de los cuatro tesoros endémicos.

Marisol Zambrano, Soraida Becerra, Sara Tombe, Fledis Ibarra, Yensi Vasco, Ramiro Serrano y José Santos, recibieron un diploma como símbolo de agradecimiento por ayudar a fortalecer este pulmón verde de Teusaquillo.

“Es muy bonito que la comunidad valore y reconozca el trabajo que hacemos en toda la ciudad. El bosque urbano de La Esmeralda es uno de los sitios más hermosos de Bogotá y estoy muy orgullosa por ayudarlo a fortalecer”, dijo Sara.