

El arte de curar con las plantas ha perdurado desde los ancestros, quienes las utilizaban como medicina alternativa para preservar la salud, por ejemplo, las comunidades indígenas como el Cabildo Indígena Muisca de Bosa en Bogotá, les atribuyen a las especies características mágico religiosas, alimenticias y medicinales. Así mismo, los habitantes del páramo de Sumapaz, las consideran fuentes de vida, por otro lado, en las plazas de mercado de la capital, son comercializadas en su forma natural y en productos como: ungüentos y lociones, que también son elaborados en las huertas de los bogotanos, quienes las emplean para sus dolencias.